Interrogan a encargados de su campaña

David Brooks
Foto: Ap
La Jornada Maya


Nueva York
Jueves 11 de agosto, 2016

Mientras el Servicio Secreto indaga si Donald Trump incitó a sus seguidores a asesinar a su contrincante demócrata, correos electrónicos recién revelados indican posibles actos inapropiados de intercambio de favores para donantes ricos de la Fundación Clinton y el Departamento de Estado cuando Hillary Clinton encabezaba esa Secretaría, lo que provoca incertidumbre sobre la contienda política, a tres meses de la elección presidencial.

El Servicio Secreto entrevistó a representantes de la campaña de Trump, reportó CNN, después de que el candidato insinuó en un discurso el martes que tal vez defensores del derecho a tener armas podrían hacer algo para evitar que Clinton anule la Segunda Enmienda –algo que jamás ha dicho ni propuesto–, que supuestamente garantiza el derecho de los ciudadanos a tener armas de fuego.

El primer candidato presidencial en ser protegido e investigado por el Servicio Secreto, comentó el corresponsal de seguridad nacional de CNN, Jim Sciutto, quien reportó el hecho. La campaña de Trump rechazó que fueron interrogados, pero el Servicio Secreto no desmintió la versión de CNN.

Algunos interpretaron las palabras de Trump como una invitación a asesinar a la aspirante demócrata. Hoy, dos de los principales rotativos del país condenaron las declaraciones del candidato. El New York Times, en un editorial, afirma que a tres meses de la elección, los estadunidenses se preguntan si Donald Trump llamó a asesinar a Hillary Clinton. Agregó que rara vez, si es que en alguna, los estadunidenses han sido expuestos a un candidato tan dispuesto a bajar a las profundidades del fanatismo y la intolerancia y concluyó que “ha llegado el momento de que los republicanos…. repudien de una vez por todas al señor Trump”.

El Washington Post opinó que las palabras de Trump parecen incitar a una resistencia armada contra el gobierno federal, pero que algunos interpretaron que el candidato había apremiado a sus seguidores a apuntar sus armas sobre Clinton, todo lo cual comprueba que el candidato no está calificado para ser presidente.

La propia Clinton reaccionó este miércoles en un acto de campaña en Iowa. Afirmó que Trump había cruzado una línea y que si uno está en campaña para ser presidente, o uno es presidente de Estados Unidos, las palabras pueden tener consecuencias tremendas. Subrayó que esta es sólo una más de una serie de declaraciones casuales que muestran que Trump no tiene el temperamento para ser presidente del país.

Bernice King, hija del reverendo Martin Luther King, escribió en un tuit: como hija de un líder que fue asesinado, encuentro que los comentarios de Trump son desagradables, preocupantes y peligrosos.

Trump intentó reparar el daño al insistir en que lo que quiso decir era que los promotores del derecho a las armas cuentan con un poder político tremendo para salvar la Segunda Enmienda, y rechazó haber incitado a actos de violencia. Su hijo y otros operadores de la campaña acusaron a los medios liberales de distorsionar lo que había dicho el candidato, y denunciaron que mienten para descarrilar su campaña.

A la par, continuó el desfile de figuras republicanas que públicamente declaran que no votarán por Trump. Hoy, un grupo no sólo rechazó al multimillonario, sino que respaldó a Clinton. Entre ellos están Carlos Gutierrez, ex secretario de Comercio; Carla Hills, ex representante de Comercio de Estados Unidos (quien ayudó a promover el TLCAN), dos ex legisladores federales de alto perfil, y el ex director de inteligencia nacional (y ex embajador de Estados Unidos en México) John Negroponte. Figuras menos conocidas, entre ellos integrantes del Comité Nacional Republicano, también se han sumado al éxodo en respuesta a Trump.

Trump, como es su costumbre, insistió –a pesar de la evidente implosión en su partido– en que estamos muy unidos en el Partido Republicano, pero nadie habla de eso.

Joe Scarborough, influyente comentarista político, conductor de un noticiero político en MSNBC y miembro del Partido Republicano, escribió este miércoles en el Washington Post que después de tantos exabruptos sobre musulmanes, mexicanos, héroes militares y el ataque a la familia de un soldado estadunidense que dio la vida en Irak, esta última (la sugerencia de asesinar a la candidata) ha cruzado una línea sangrienta que no puede ser ignorada; sugirió que el Partido Republicano debe deshacerse de su candidato antes de que algo terrible suceda.

Aunque la campaña de Clinton disfruta de todo este caos e impulsa iniciativas para atraer a republicanos e independientes a sumarse a su campaña, no todo está bien en el reino. Hoy se reveló que una serie de correos electrónicos sugieren que cuando Clinton era secretaria de Estado la Fundación Clinton (creada por ella, su esposo Bill y su hija Chelsea) solicitó favores para algunos de sus donantes ricos ante la entidad federal.

Los 44 intercambios de correo electrónico entregados a una organización conservadora después de ganar una demanda legal arrojan sospechas sobre si la fundación buscó ofrecer favores a sus donantes con intereses personales ante el gobierno, tal como el acceso, y hasta influencia, a las altas esferas del Departamento de Estado. Incluso uno indicaba que la fundación buscaba conseguirle empleo en esa dependencia federal a uno de sus asociados.

Los correos revelados hoy no son parte de los 55 mil que Clinton había entregado anteriormente al Departamento de Estado provenientes de su controversial servidor privado cuando era secretaria de Estado, los cuales dañaron su campaña después de que una indagatoria de la Oficina Federal de Investigaciones reveló que algunos documentos habían sido clasificados.

Sin embargo, las encuestas indican que Clinton goza de una ventaja cada vez más amplia –aunque no abrumadora– para llegar a la Casa Blanca.