Marchas contra los gobiernos sudamericanos

Sputnik, Xinhua, Afp, Ap, Dpa y Pl
Foto: Ap
La Jornada Maya

Río de Janeiro
Martes 17 de Mayo,2016

La Central Única de los Trabajadores (CUT), principal agrupación sindical de Brasil, rechazó este lunes la invitación del presidente interino Michel Temer al Palacio de Planalto para discutir la inminente reforma del sistema de pensiones anunciada por el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles. La CUT representa a unos 25 millones de trabajadores.

“La CUT no reconoce golpistas como gobernantes, por eso no acudirá a la reunión que Temer organizó este lunes junto a las centrales sindicales”, afirmó en un comunicado oficial el presidente nacional de la central, Vagner Freitas, quien calificó a la clase trabajadora de Brasil de “principal víctima del golpe” contra la presidenta Dilma Rousseff.

La central sindical, estrechamente vinculada al Partido de los Trabajadores (PT), explicó que “continuará la lucha contra los retrocesos pretendidos y anunciados junto a los movimientos sociales en las calles y lugares de trabajo”, y señaló que “la lucha constante” impedirá que Brasil vuelva a “décadas pasadas”.

Tampoco asistió a la reunión el tercer sindicato más grande del país, la radical Central de Trabajadores de Brasil, también en repudio a “los golpistas”.

La reunión de este lunes solamente contó con la presencia del ministro de Hacienda, Meirelles; el ministro de Casa Civil, Eliseu Padilha, y el de Trabajo, Ronaldo Nogueira, así como la Unión General de Trabajadores (UGT), el sindicato Fuerza Sindical, Central de los Sindicatos Brasileños y Nueva Central, más afines a movimientos de derecha en Brasil.

Meirelles apuntó que la reforma del sistema de pensiones tendrá por objetivo prioritario garantizar la “solvencia” del sistema, una edad mínima de jubilación, y recordó que “existen muchos países en los que faltan recursos para pagar las pensiones; el sistema deber ser autosustentable y crearemos las condiciones para ello”.

Pero el presidente de Fuerza Sindical, Paulo Pereira da Silva, consideró la propuesta de edad mínima de jubilación como “extravagante” e “inoportuna”, a la vez que recordó que “el último gobierno ya hizo cambios que sólo resultaron en prejuicio para los trabajadores”.

No obstante, el gobierno y estos sindicatos acordaron discutir un proyecto de reforma de seguridad social en un plazo de 30 días para bajar los costos en las pensiones, iniciativa que Temer quiere llevar al Congreso.

Temer afirmó que su gobierno está legitimado constitucionalmente, aunque sólo logrará el apoyo popular si realiza una buena gestión, en una entrevista concedida este domingo a la red Globo, tres días después de la separación de Dilma Rousseff del cargo.

“Fui electo conjuntamente con la presidenta, los votos que ella recibió también yo los recibí. Pero reconozco que no tengo esa inserción popular, que sólo ganaré si desde nuestro gobierno, que es legítimo aunque interinamente, produzco un efecto benéfico para el país. Creo y tengo esperanza en que lo conseguiremos”, añadió.

“La reacción popular al golpe continúa y las manifestaciones de protesta y denuncia deben continuar”, escribió este lunes en las redes sociales Rui Falcao, el presidente del izquierdista PT, en el cual militan Rousseff y Lula, partido que gobernó Brasil durante más de 13 años, hasta hace cuatro días.

También hay rechazo al gobierno de Temer de varios países de la región como Venezuela, Cuba y El Salvador, que no lo reconocen como presidente.

Mientras, la gobernante Alianza PAIS, de Ecuador, solicitó a los sistemas de integración latinoamericanos, principalmente a la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) y a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), reunirse con carácter urgente para rechazar la desestabilización de la democracia en Brasil.

El domingo decenas de miles de personas marcharon contra el gobierno de Temer en Brasilia, Sao Paulo, Río de Janeiro y Belo Horizonte, acusándolo de “ilegítimo”, “fraudulento”, “machista” y “sin representatividad”, en una jornada de cacerolazos. Las protestas continuaron este lunes en la sede del Ministerio de Cultura en Río de Janeiro al grito de “fuera Temer”, cuyo gobierno eliminó esta cartera y la fusionó con la de Educación.