El sábado pasado, las autoridades egipcias pusieron en libertad al periodista de Al Jazeera, Mahmoud Hussein, detenido en 2016 en El Cairo por supuestamente difundir información falsa en los medios.
Hussein, quien es ciudadano egipcio pero residía en Qatar previo a su arresto, fue excarcelado por indicaciones de un tribunal nacional dictadas la semana pasada. Desde mayo de 2019 las cortes ya habían ordenado su liberación, pero poco después fue condenado por nuevos cargos que lo obligaron a permanecer preso.
El caso del periodista de Al Jazeera saltó a la fama internacional debido a la ilegalidad de su encarcelamiento: Mahmud estuvo encerrado por más de cuatro años sin tener una condena oficial.
Según las autoridades egipcias, Hussein fue detenido en el 2016 “por diseminar noticias falsas en el país y recibir fondos de agentes externos para difamar a Egipto”. Pero pese a la gravedad de los señalamientos, el periodista nunca fue condenado formalmente por ningún corte; tanto él como Al Jazeera negaron en su momento las acusaciones emitidas por las autoridades en El Cairo.
El gobierno egipcio mantuvo al comunicador preso por mil 506 días, aplazó hasta 10 veces su liberación e incluso lo cambió de cárcel en dos ocasiones por “motivos de seguridad”. En diversas ocasiones y ante distintos foros, tanto su familia como su empleador denunciaron la ilegalidad de su situación, pues la decisión egipcia violaba las leyes nacionales como internacionales que regulan el tiempo que alguien puede permanecer detenido sin cargos.
Diversas organizaciones, entre ellas Naciones Unidas, también alertaron del trato “inhumano, cruel y degradante” y la violencia “física y sicológica” a los que fue sometido el Hussein durante su encierro. En el 2017, le fue negada ayuda médica después de que se fracturó el brazo y en varias ocasiones fue sentenciado a confinamiento solitario por las autoridades carcelarias.
En un comunicado celebrando el anuncio, el director general de la cadena de noticias árabe, Mostefa Souag, señaló que la liberación es “un triunfo de la verdad y un logro para el periodismo global”. “En Al Jazeera creemos que ningún comunicador, en ninguna parte, debería pasar lo que vivió Mahmoud sólo por llevar a cabo su profesión. Con su detención, nuestro colaborador se ha convertido en un símbolo internacional de la lucha por la libertad de prensa”, finalizó el documento.
Egipto ha acusado reiteradamente a la cadena Al Jazeera de realizar una cobertura sesgada en el país y de ser portavoz de los Hermanos Musulmanes, grupo islámico considerado ilegal en el país desde la Primavera Árabe. La televisora siempre ha negado los señalamientos en su contra y ha defendido su cobertura local e internacional.
Con información de Europa Press, DPA, Al Jazeera y The Middle East Eye.
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