Nelson Mandela: el legado a 32 años de su liberación

El 11 de febrero de 1990, Nelson Mandela, líder independentista de Sudáfrica, recuperó su libertad luego de pasar 27 años en prisión, acusado de alta traición y sabotaje al gobierno, crímenes que cometió en nombre de los derechos para su pueblo.

Durante su encarcelamiento, Mandela no cedió en su lucha contra el apartheid, el régimen que apuntaló la dominación de los blancos sobre los negros, y con su activismo logró liberar a su pueblo de este sistema racista.

Organismos internacionales han reconocido su trabajo a favor de Sudáfrica e incluso han otorgado premios a su nombre, como la Organización de Naciones Unidas (ONU), que cada cinco años reconoce a un hombre y una mujer por realizar labores al servicio de la humanidad.

Nelson Mandela falleció en 2013 a la edad de 95 años y es reconocido por un legado que actualmente beneficia a las minorías. Aquí un breve recuento.

Voto para todos

Su lucha contra la supremacía blanca fue muy clara: todos los sudafricanos deberían tener derecho a votar, independientemente de su raza o su nivel educativo. Tras la caída del apartheid se realizaron elecciones en las que votaron blancos y negros y él obtuvo la presidencia en 1994.

Su incesante golpeteo contra el sistema racista fue usando como ejemplo en otros movimientos por los derechos civiles en países como Estados Unidos.

En uno de sus discursos, Mandela declaró que no se puede esperar que quienes no tienen derecho a voto sigan pagando a un gobierno que no asume responsabilidades por ellos. “¿Por qué tenemos que seguir enriqueciendo a quienes roban el producto de nuestra sangre y nuestro sudor, a quienes nos explotan y nos niegan el derecho a organizarnos en sindicatos?”, señaló.

De igual forma dijo que el derecho al voto obliga a los ciudadanos a cumplir moral y legalmente las leyes de su país, pero no se puede adoptar esa actitud si las leyes no fueron aprobadas por todos.

Educación: el arma más poderosa

El sudafricano concentró esfuerzos en acercar maestros capacitados a zonas rurales y en mejorar las instalaciones de las escuelas.

El reto fue erradicar la sombra del Apartheid y lograr que los sectores marginados se desarrollen en un ambiente más seguro, que desarrolle su creatividad y sus ideas.

En 2007 fundó el Instituto Nelson Mandela para el Desarrollo Rural y la Educación, que se encarga de capacitar y enviar profesores a las zonas de difícil acceso y tiene como misión la promoción de un futuro más sostenible para los jóvenes.

Durante su mandato donó un tercio de su salario para crear el Fondo para la Infancia Nelson Mandela, que trabaja para erradicar la pobreza extrema, el hambre, la explotación y la falta de vivienda.

Como presidente también cambió las normas que impedían a los negros estudiar ciencia y tecnología.

“La educación es el arma más poderosa que se puede usar para cambiar el mundo”, es una de las frases más icónicas del líder.

Concientización sobre el VIH y el SIDA

Mandela realizó activismo para que el gobierno reconociera la crisis de contagios de VIH y SIDA en su país y exigió acciones para frenar su avance.

En 2003 la fundación Mandela promovió una serie de conciertos con el objetivo de recaudar fondos para la causa, campaña que fue reconocida por ONUSIDA como un parteaguas en la investigación de la infección y la enfermedad y en las mejoras a la salud en Sudáfrica.

Sin embargo, Mandela también ha sido criticado porque estas acciones fueron realizadas después de que culminó su periodo como presidente y durante su gobierno negó el alcance de esta crisis sanitaria.

Además, se le reconocen acciones para promover la erradicación de la desigualdad entre mujeres y hombres en la esfera política y el trabajo para combatir la violencia de género. En 1994 se posicionó por la emancipación de la mujer y dijo que la libertad no se puede lograr a menos que las mujeres se hayan independizado de todas las formas de opresión.