Bailarina brasileña nacida sin brazos se eleva con su actitud

Cuando la madre de Vitória Bueno la dejó por primera vez en una clase de ballet, le preocupaba que su hija de cinco años encajara.

Nacida sin brazos, el sueño de Bueno de ser bailarina parecía dolorosamente irreal, especialmente en un pequeño pueblo rural de Brasil, donde su discapacidad la convertía en una curiosidad social.

“La gente hacía cola fuera de la casa para verla”, dijo su madre Wanda, de 39 años, todavía herida al recordar la insensibilidad. "Le levantaban las mangas para mirar".

Pero Bueno, ahora de 16 años, se centró en sus montajes, piruetas y otros desafíos técnicos.

También tomó jazz y tap.

Ahora, una habitual de la academia de ballet en su ciudad natal en el estado de Minas Gerais, el talento de Bueno la ha convertido en una estrella de las redes sociales y una inspiración para muchos.

“Para mí, los brazos son solo un detalle”, dijo Bueno en el teatro donde actúa. "Lo sigo con los ojos, como si estuvieran allí".

Viéndola deslizarse por el escenario de madera, sincronizada con sus compañeros en un destello de verde y blanco, es fácil olvidar que baila sin brazos.

"No siento que los necesite en absoluto", agregó.

Comenzó a bailar ballet por consejo de su fisioterapeuta, quien notó que la joven llegaría lejos bailando.

Más que solo realizar un sueño, la fuerza y ​​la flexibilidad obtenidas a través del baile han demostrado ser cruciales para Bueno, quien hace de todo, desde cepillarse los dientes hasta recoger artículos de la estantería del supermercado con los pies.

“Hay cosas que ella puede hacer con sus pies que yo no puedo hacer con mis manos”, dijo su padrastro, José Carlos Perreira.

Con más de 150 mil seguidores en Instagram (@vihb_bailarina), Bueno también se alegra de ser un modelo a seguir para los demás.

“Somos más que nuestras discapacidades, así que tenemos que perseguir nuestros sueños”, dijo, con una amplia sonrisa.

Edición: Ana Ordaz