Donald Trump, vulnerable

David Brooks
Foto: Ap
La Jornada Maya

3 de febrero, 2016

Mucho y nada se resolvió en Iowa en el primer concurso de esta elección presidencial, donde Donald Trump mostró vulnerabilidad por primera vez, Marco Rubio se presentó como el posible salvador de la cúpula de su partido, y donde la reina del Partido Demócrata Hillary Clinton logró ganar por un filo de navaja contra el insurgente Bernie Sanders, quien en verdad fue el triunfador de la noche.

Los analistas, encuestadores, encargados del “spin” político, los medios y el gran negocio de las elecciones –pronosticadas como las más caras de la historia– ya están en pleno desempeño. Solo falta saber qué dicen la filas de ambos partidos, o sea, los votantes, en las más de 50 elecciones primarias que faltan antes de que esto culmine con la coronación de los candidatos presidenciales en las convenciones de cada partido citadas para julio.

Torrentes de opinión, estadísticas, y comentarios ya inundaron al país al solo concluir el primer concurso realizado el lunes en Iowa. Los resultados no determinaron casi nada para los principales precandidatos (solo estaban en juego alrededor del 1 por ciento de los delegados nacionales de ambos partidos), aunque para los de abajo ya costó el cese de por lo menos un par de campañas, en el largo camino que queda, pero mucho sobre posibles panoramas a corto plazo.

Hubo dos resultados claves en Iowa. Por el lado demócrata se comprobó la fuerza del mensaje de Sanders entre las filas demócratas, y del lado republicano fue el surgimiento del senador Marco Rubio.

Vale recordar que hace solo unos cuantos meses Clinton tenía una ventaja de más de 40 puntos sobre Sanders en Iowa y hace solo un par de meses casi todos descartaban la posibilidad de que él pudiera retarla en ese estado. La noche acabó con una contienda tan cerrada que no se pudo declarar ganador hasta hoy al mediodía: Clinton por un margen del 0.2. Eso implica en los hechos que ambos candidatos se dividen entre sí a los 44 delegados en juego (Clinton tendrá dos más que Sanders).

Anoche, tiesa y sin alegría, después de meses de esfuerzo y millones en gastos en Iowa, Clinton no pudo declarar victoria, limitándose a decir: “esto es un suspiro de alivio, gracias Iowa” y que este resultado ofrece la oportunidad de continuar el debate a fondo con su contrincante; se despidió y se largó del estado (su triunfo marcó la primera vez que uno de los Clinton ganó Iowa).

Y es que, como ella bien lo sabe, el socialista democrático Sanders fue el verdadero ganador justo por lograr llegar a un empate con la reina del partido. Él dio el mejor resumen anoche antes de saber los resultados finales, festejando que había un empate técnico, recordando que “llegamos a Iowa sin una organización política, sin dinero, sin reconocimiento de nombre y estábamos enfrentando la organización política más poderosa de Estados Unidos (refiriéndose a los Clinton)”.

Agregó: “creo que el pueblo de Iowa envío un mensaje muy profundo al establishment político, al establishment económico, y, por otro lado, al establishment mediático. Eso es: dadas las crisis enormes que enfrenta nuestro país, es sencillamente demasiado tarde para políticas de establishment y economía de establishment”.

Gozando el júbilo de sus simpatizantes, reiteró sus ideas de su campaña y, desafiando a los críticos por llamarlo demasiado radical para ser candidato viable, preguntó “¿Quieren una idea radical? Pues bien, ahí les va una idea radical: juntos vamos a crear una economía que funcione para todos nosotros, no solo para el 1 por ciento”.

La fuerza de su mensaje se comprobó entre varios sectores. Según sondeos en las asambleas demócratas, ganó un extraordinario 84 por ciento del voto joven (entre 17 a 29 años de edad), más que Barack Obama en 2008, y ganó la mayoría de gente con salarios bajos y los que se definen como muy liberales.

Sin embargo, en las encuestas nacionales Clinton sostiene una amplia ventaja sobre Sanders, sobre todo entre los sectores afroestadunidenses y latinos. Según algunos cálculos está empatada con Sanders entre el voto demócrata blanco, y por lo tanto, mucho de lo que pase de aquí en adelante podría ser determinado por cambios de preferencia entre los sectores minoritarios, sobre todo los latinos. Muchos ahora observarán muy de cerca qué ocurrirá en la contienda entre ambos en Nevada –con su amplio sector latino– para ver si Sanders logrará robarle una buena parte del apoyo latino.

Del lado republicano, la noticia de Iowa fue la derrota de Trump, aunque aún goza de una amplia ventaja en las encuestas nacionales. Sin embargo, algunos analistas señalan que ahora, después de Iowa, cuestiona si su aura como favorito puede ser más bien, en parte una ilusión.

Cruz, el senador ultranconservador, ganó con el 28 por ciento sobre el 24 por ciento de Trump, después de que el multimillonario había encabezado las últimas siete encuestas en el estado, y por varios puntos.

Pero la otra gran noticia entre los republicanos en Iowa fue el surgimiento logrado por el senador Marco Rubio al obtener el 23 por ciento del voto, solo un punto menos que Trump.

Rubio es considerado ahora como la mejor opción para la cúpula republicana que por un lado está alarmada por la insurgencia radical derechista de Trump, y por otro detesta a Cruz (tanto por razones políticas como personales –es considerado como el político más odiado entre sus colegas legislativos). Lo ven como no solo el más “elegible” en una elección general presidencial entre el elenco republicano, sino alguien que podría generar mayor unidad en ese partido hoy día fracturado.

Solo 24 horas después, Iowa ya es historia, una que varios de los precandidatos prefieren olvidar. Desde anoche los políticos, sus equipos y la prensa ya abandonaron el estado para proceder hacia la próxima cita en Nueva Hampshire el 9 de febrero, seguido por Carolina del Sur y Nevada.