Armando G. Tejeda
Foto: Afp
La Jornada Maya
Madrid, España
Sábado 29 de septiembre, 2018
El centro de Barcelona se volvió a convertir en el campo de batalla entre independentistas y unionistas.
En esta ocasión se registraron duros enfrentamientos entre agentes antidisturbios de la policía autonómica catalana, los Mossos d´Esquadra, con grupos de secesionistas que intentaban impedir por la fuerza una marcha convocada por un sindicato policial español en favor de la equiparación salarial y en homenaje a los policías que actuaron en el referendo del pasado primero de octubre en Cataluña.
El saldo fue de seis personas detenidas acusadas de agresión y resistencia a la autoridad y 24 heridos, la mayoría leve, salvo una persona que se encuentra grave y hospitalizada.
Dos importantes arterias de la capital catalana -la via Laietana y la Plaza Sant Jaume- se transformaron durante un tiempo en el escenario de una batalla campal, en la que además de insultos y descalificaciones verbales, hubo lanzamientos de objetos, agresiones físicas y ataques con piedras a edificios públicos.
El origen de este nuevo enfrentamiento entre los dos sectores de la sociedad catalana enfrentados desde hace varios años -los que pugnan por la secesión, que representa alrededor del 48 por ciento, con los que defienden el actual marco estatutario, el 52 restante- fue una manifestación convocada por el sindicato policial Jusapol.
El objetivo de la movilización era rendir “un homenaje” a los miles de agentes policiales que actuaron el primero de octubre del año pasado en Cataluña para intentar impedir el referendo de independencia, que finalmente se llevó a cabo, aunque con numerosas dificultades y varios casos de represión policial.
Además la marcha que recorrió el centro de la capital era para exigir la equiparación salarial entre los efectivos de la Policía Nacional con el resto de agentes autonómicos, como los propios Mossos d’Esquadra, que suelen ganar un 20 o hasta 30 por ciento más por los mismos trabajos.
Igual que ocurrió hace sólo diez días, los Comités de Defensa de la República (CDRs) y las juventudes más radicales del movimiento independentista decidieron organizar una contramanifestación, sin autorización, para impedir que se celebrase la convocada por el sindicato policial.
Se congregaron algo más de seis mil personas que impidieron que la otra marcha llegara a la Plaza Sant Jaume, donde están las sedes de la Generalitat y del Ayuntamiento. También intentaron llegar a la delegación de la Jefatura Superior de Policía en la vía Laietana, a sólo unos metros de la Plaza Sant Jaume.
Ante el cariz violento y las agresiones que se registraron por parte de los independentistas finalmente las autoridades catalanas, también soberanistas, decidieron ordenar a los agentes antidisturbios de los Mossos que actuaran para reprimir tanto los ataques de los manifestantes a la otra marcha -a los que llamaron sin cesar “hijos de puta”, “fascistas” y “cerdos”- como el lanzamiento de huevos, polvos de color y piedras contra los propios policías y los inmuebles de la Policía Nacional y del gobierno español.
Después de varios enfrentamientos directos entre agentes antidisturbios e independentistas, finalmente se disolvieron ambas concentraciones, con un saldo provisional de seis detenidos y 24 heridos, uno de ellos en estado grave.
Se prevé que en los próximos días, de cara al primer aniversario del referendo del primero de octubre, crezca la tensión entre independentistas y unionistas.
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