Ana Mónica Rodríguez
Foto: A puerta cerrada
La Jornada Maya
Ciudad de México
Jueves 14 de noviembre, 2019
El actor, quien ha interpretado infinidad de personajes en cine, teatro y televisión durante más de cuatro décadas, da vida en esta ocasión a Garcín, personaje de [i]A puerta cerrada,[/i] de Jean-Paul Sartre, obra que no tiene nada de complicada; sólo trata sobre la condición humana, afirmó en entrevista con [i]La Jornada[/i].
En la trama "tres muertos se enfrentan en el infierno; qué pasa... todo. Cómo es el infierno... como es la vida, porque el averno está integrado por los que están a tu alrededor".
En entrevista, Alejandro Camacho, quien comparte escenario con Blanca Guerra, Adriana Llabrés y Paulina Soto, explicó: "es una obra que dice verdades ineludibles y crea conciencia".
"El asunto de la vida es ser uno mismo"
En A puerta cerrada, dirigida por Enrique Singer, un mayordomo lleva a Garcín hacia un cuarto, el cual se identifica como el infierno. Esa habitación no tiene espejos ni ventanas, sólo una puerta, tres sillones y una estatua de bronce. Después llegan Inés (Blanca Guerra) y Estelle (Adriana Llabres); cuando el mayordomo sale y la puerta se cierra con llave, estos personajes piensan que serán torturados, pero descubren que están ahí para torturarse a sí mismos.
Puntualizó: "más que de conflictos sociales y otras problemáticas, el montaje versa sobre la política que tenemos entre nosotros, entre hombres y mujeres; habla de cómo uno escoge su destino. El asunto de la vida es ser uno mismo".
En este México "tan masificado en el que vivimos, una puesta en escena de estas características es digna de verse, porque remite a uno mismo y permite reflexionar sobre lo que tenemos en la vida y revalorarnos".
–¿Cómo se entreteje la historia de Garcín con la de Inés y Estelle?
El actor respondió: "con ambas es un verdadero infierno, porque estas mujeres son; podemos estar muy cerca hombres y mujeres, pero también lejos. Son infiernos diferentes que se funden en uno solo".
A puerta cerrada es considerada una de las obras maestras de Jean-Paul Sartre, y origen de la quizá más famosa frase del filósofo y dramaturgo: "El infierno son los otros". Fue escenificada por primera vez en París, en el Vieux-Colombier, en mayo de 1944, justo antes de la liberación de esa ciudad en la Segunda Guerra Mundial. Ha sido adaptada en Broadway, llevada en dos ocasiones al cine y montada en diversos recintos alrededor del mundo.
[b]Ventajas del teatro[/b]
Para Alejandro Camacho, el teatro significa "la cultura de un pueblo, pero esta manifestación artística, en particular, tiene la ventaja de abordar a autores importantes en la dramaturgia y la literatura; depende de cada actor, pero en mi caso, siempre he tratado de hacer obras de autores importantes; lo cual es cultura, divertimento, inteligencia e información para la gente".
Camacho, quien tuvo un receso el año pasado debido a que fue sometido a una operación de la columna vertebral, admitió: "salí de circulación cinco meses, ya estaba desesperado, pero la salud es lo primero antes que nada".
Ahora "estoy contento, muy bien y con salud, metido en lo que más amo en la vida que es mi profesión"; aunque recientemente terminó de filmar una película y una serie de televisión, afirmó: "estoy metido de lleno en el montaje".
[i]A puerta cerrada[/i] se estrena este viernes en el teatro San Jerónimo Independencia. Tendrá funciones los viernes, a las 19 y 21; los sábados, a las 18 y 20, y los domingos, a las 17 y 19 horas.
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