En el Palacio Negro, como era conocida la Penitenciaria de Lecumberri en la Ciudad de México, existía una crujía especial donde recluían a los hombres homosexuales, la cual estaba marcada con la letra J.
Este corredor recibía a los hombres detenidos por atentar contra el pudor y la moral pública, delitos perseguidos durante la primera mitad del siglo XX.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) explica que aunque no había leyes o reglamentos que castigaran la homosexualidad, sí se criminalizaba a los hombres que eran descubiertos con esta orientación.
La Mediateca INAH conserva registros fotográficos que recuerdan como los prejuicios y la ignorancia afectaba a las disidencias sexuales del país.
Y es precisamente a la crujía J a la que se le atribuye el origen del término “joto” para referirse a los hombres homosexuales de forma despectiva.
Así eran llamados todos los reos que llegaban a ese corredor en Lecumberri.
En la crujía J se criminalizó y reprimió a los hombres homosexuales durante muchas décadas, incluso hay quienes consideran que se realizaban terapias de conversión para “revertir” la homosexualidad.
La Penitenciaría del entonces Distrito Federal cerró sus puertas en 1976 y actualmente en ese espacio se ubica el Archivo General de la Nación.
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