Elaborados con cerámica y de un aspecto similar a un cachorro son algunas de las piezas de xoloitzcuintles de la época prehispánica que se fabricaban al estilo comala, uno de los más ricos en calidad plástica de acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Los perros son esculturas que destacan por su esbeltez y sus finas facciones de sus cráneos que hace parecer que están vivos.
“En el caso de estos dos perros de cerámica, sus cualidades formales, unidas a su tamaño, similar al de un cachorro, propician una cierta cercanía con los observadores; incluso, despiertan el deseo de ser cargados o acariciados, en un vínculo con lo humano”, destaca la historiadora del arte María Olvido Moreno Guzmán.
Dos de las piezas estilo Comala fueron enviadas del Centro Cultural Universitario (CCU) Tlatelolco, en la Ciudad de México, al Museo de las Culturas de Oaxaca para formar parte de la exposición Xolos, compañeros de viaje.
La muestra temporal reúne distintas piezas de pequeños xoloitzcuintles que destacan la forma en la que los perros eran vistos como leales acompañantes del ser humano.
“En tiempos precortesianos se les consideraba custodios y transmisores de fuerza y valor, fieles amigos cotidianos y compañeros que, en incontables ocasiones, son respaldo y consuelo con sus amistosas presencias”, destaca el INAH.
El Museo de las Culturas de Oaxaca albergará estas y decenas de piezas más hasta el próximo 23 de abril.
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