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Han pasado 14 años desde que Nallely y Felipe decidieron comenzar a construir su relación a la distancia y no a cualquier distancia, sino a una que cruza océanos. Contra todo pronóstico -ella mexicana y él español- sacaron adelante su proyecto de vida y hoy están casados criando a un pequeño de cinco años.
La sicóloga Irene Carrillo reconoce que emprender una relación a distancia es algo complicado, más no imposible. Para ella, el interés, la confianza y la afinidad son tres de los factores que pueden contribuir a que un proyecto de este tipo llegue a buen puerto, como ocurrió en el caso de Nallely y Felipe.
“Si ya de por sí hay muchos conflictos en las relaciones presenciales, a la distancia aún más. Hay malos entendidos y, en nuestro caso, nuestra cultura es distinta”, comentó Nallely desde Madrid, donde reside ahora con su familia.
“Por ejemplo, me iba a correr a la deportiva (en el horario de México) y él también, nos poníamos los auriculares, nos escuchábamos e íbamos corriendo juntos”, compartió al ser cuestionada sobre cómo fue vivir este proceso que duró dos años.
Nallely es mexicana y su esposo Felipe es español. Ellos se conocieron en una sala de chat donde entablaron una amistad que, paulatinamente, se convirtió en romance.
De la misma manera que hacían ejercicio “juntos”, contó Nallely, hacían lo propio con las películas coordinando ambos la reproducción: “Siempre me decía ‘ya va por tal minuto’ y yo le decía ‘¡espérate, todavía no llego!’, y así nos la llevábamos”, comentó entre risas.
Luego de dos años de relación a distancia, Felipe decidió abordar -por primera vez en su vida- un avión con destino a Villahermosa (Tabasco) para conocer a Nallely: “Era ahora o nunca”.
“Ahí nos enamoramos y enganchamos más, porque la conexión que tuvimos a la distancia se mantuvo. Luego tuvo que volver a España y seguimos con la relación a distancia, hasta que decidimos que teníamos que dar el paso”.
Nallely relató que se percataron de que era más factible que ella se trasladara a Europa dejando familia, amigos e incluso la carrera de Ciencias de la Educación en la que cursaba el último año a fin de perseguir el amor.
Confianza y comunicación, vitales
Para mantener una relación a distancia, asegura la sicóloga Carrillo, ambos miembros de la pareja deben tener plena confianza en que la relación podrá funcionar.
“Esta confianza permite que cada uno tenga la mejor disposición para hacer que las cosas funcionen”.
Tanto para Nellely como para Felipe, lo más complicado de tener una relación a distancia radica en la comunicación: “No es lo mismo leer (un texto) y darle la entonación que quieres, a estar con la persona y saber con qué entonación o sentimiento te dice las cosas”, añadió Felipe.
Ambos coinciden en que la comunicación es un factor clave para que una relación a distancia fluya y sobre todo saber interpretar las cosas, especialmente teniendo en cuenta las diferencias fonéticas entre un español y otro.
“Lo siguiente es el tiempo, es decir, las siete horas de diferencia. A veces nos trasnochábamos para estar en contacto”, recuerdan.
Para celebrar fechas especiales como el 14 de febrero, Nallely y Felipe se enviaban correspondencia, dibujos y repetían el ritual de ver películas de forma simultánea: “Era nuestro momento romántico a distancia”.
Certeza
Cuando no existe certeza del amor de la pareja, sostuvo la experta, las inseguridades y los celos se convierten en una constante.
“Esto es aún más nocivo para la relación cuando la distancia está presente. Por ello, tener plena confianza en que el amor de la pareja es real actúa como uno de los pilares más importantes de las relaciones a distancia”, sentenció.
Nallely y Felipe se casaron por la iglesia y lo civil en Villahermosa. Ella se fue a vivir a España, donde continuó con sus estudios y sus planes en pareja que incluyeron viajar por el mundo. Hoy, llevan 14 años juntos.
Luego de contar su historia, Nallely y Felipe aseguran que es posible tener una relación a distancia. Uno de los requisitos, subrayaron, es tener en claro lo que se quiere y que la otra persona busque lo mismo.
“Yo tenía amigos que estaban intentando lo mismo, pero finalmente pensaban distinto y al final no compaginaban ni en comunicación, ni en planes a futuro. Nosotros siempre fuimos en el mismo camino”, celebró.
Tampoco, prosiguió, escucharon a la gente que les decía que no podían lograrlo: “Muchas amistades me decían que me iba a engañar y a mal meter ideas, pero creía fielmente en lo que yo vivía con él”.
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