Cuando los pobladores de la comunidad de Cuyuxtlahuac, Guerrero, encontraron los huesos de un animal prehistórico a la orilla de un río hace más de un año creyeron que se trataba de extrañas piedras y fue justo la forma de estos vestigios lo que los llevó a consultar al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Sin embargo, fue apenas hace unos días que arqueólogos especialistas confirmaron que no se trataba de piedras sino de vestigios fosilizados de un gonfoterio, un pariente prehistórico del elefante que llegaba a alcanzar hasta 2.70 metros de altura.
Los pobladores resguardaron el material óseo que estaba expuesto al flujo del agua en espera de que fuera analizado por investigadores del Centro INAH Guerrero. En tanto se realizaban las diligencias para la identificación del material, el instituto dio pláticas informativas en la comunidad sobre la importancia del resguardo de estos hallazgos.
Los pobladores lograron rescatar y resguardar fragmentos de costillas, una sección mandibular y otros restos óseos del gonfoterio.
El gonfoterio de Cuvier es una especie identificada del sur de Estados Unidos a Sudamérica. Son mamíferos con trompa que están emparentados con los elefantes actuales de los que se sabe que migraron a América desde Asia a través del estrecho de Bering hace cerca de 23 millones de años.
El ejemplar descubierto en Cuyuxtlahuac es el primero encontrado en todo el estado de Guerrero.
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