Bertha Hernández Aguilar
Las crisis medioambientales representan una seria amenaza tanto para el planeta como para la humanidad. Fenómenos como la rápida urbanización, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático suponen retos significativos para la gobernanza de los sistemas socioambientales, especialmente aquellos más vulnerables. Ante esta situación, la investigación transdisciplinaria emerge como una respuesta para contrarrestar los posibles impactos de los cambios ambientales globales, a través de una propuesta de trabajo colaborativo de múltiples actores involucrados, mediante el co-diseño de la investigación, el uso de estrategias metodológicas innovadoras, y la coproducción de conocimiento nuevo.
El estado de Yucatán se ubica entre las regiones con mayor vulnerabilidad frente a los impactos del cambio climático como son la pérdida de biodiversidad y afectaciones a los recursos hídricos, particularmente, de contaminación de aguas superficiales, pozos y cenotes (Guzmán, 2021; González et al., 2018). Mientras que la ciudad de Mérida presenta condiciones de crecimiento urbano acelerado lo que a su vez ha tenido un impacto en el paisaje y los recursos naturales. Además de innumerables problemáticas que atender como son el manejo de residuos sólidos urbanos, la contaminación de agua, contaminación el aire, inundaciones severas por mencionar algunos de las problemáticas que más se perciben en la Península de Yucatán, y en particular en el estado de Yucatán (Hernández, 2023).
La investigación transdisciplinaria da un giro al análisis de las problemáticas socioambientales al poner al frente a los actores sociales, en este caso la participación de la ciudadanía y trabajar de manera conjunta alternativas y propuesta. En otras palabras, reconoce y apremia la participación de actores, académicos y no académicos, de autoridades, pero también de organizaciones no gubernamentales, grupos de activista y de organismos e instituciones internacionales. Con el fin de resolver problemáticas que colectivamente se definen como urgentes y prioritarios. Asimismo, en este proceso de investigación colaborativa se tiene como objetivo crear conocimiento nuevo que ayude a los nuevos desafíos de nuestra era.
En ese sentido, en esta edición de La Jornada Maya, hablo de la propuesta que presenta el proyecto RULA-IRES (por sus siglas en inglés, The Resilient Urban Latin America. International Research Experience for Students) un programa que ha entrenado a más de 25 estudiantes de Estados Unidos, y Latinoamérica en la creación de proyectos transdisciplinarios a partir de la construcción de alianzas con diversos actores sociales y que ha sido implementado en tres ciudades: Bogotá (Colombia), San Juan (Puerto Rico) y Guayaquil (Ecuador). En esta ocasión la sede será la ciudad de Mérida, que de la mano de la Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad Mérida (ENES) de la UNAM, realizarán investigaciones in situ sobre soluciones basadas en la naturaleza (por sus siglas en inglés NBS). El objetivo es que los estudiantes que participan en este intercambio se conviertan en agentes efectivos de cambio en el contexto del cambio climático y de la urbanización.
La experiencia Mérida tiene como objetivo que los estudiantes tengan la oportunidad de unirse a los esfuerzos liderados por investigadores, el municipio y los residentes para construir resiliencia urbana a partir de las soluciones basadas en la naturaleza. La experiencia Mérida contempla la participación y acompañamiento de estudiantes de la licenciatura en Ciencias Ambientales y Geografía Aplicada de la ENES Mérida quiénes guiarán y aportarán con su conocimiento el trabajo de campo. Algunas de las líneas de investigación que se tienen planteadas explorar son: las perspectivas socio-ecológicas-tecnológicas sobre la gestión de residuos sólidos, las soluciones basadas en la naturaleza para brindar servicios básicos a asentamientos informales y la resiliencia a eventos climáticos extremos.
Quisiera concluir esta nota mencionando que al adoptar un enfoque transdisciplinario en cualquier investigación, se promueve la colaboración entre diferentes actores y disciplinas, lo que enriquece la comprensión de las problemáticas y permite desarrollar estrategias de adaptación y resiliencia más efectivas. En este sentido la implementación de este enfoque de investigación con estudiantes y jóvenes investigadores permitirá ampliar las oportunidades para implementar alternativas a las problemáticas ambientales más legítimas y aceptadas por todos los ciudadanos.
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Edición: Mirna Abreu
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