Opinión
Fabrizio León Diez
24/07/2024 | Mérida, Yucatán
Martin Baron jugó en las grandes ligas del periodismo en Estados Unidos durante casi 50 años. Alineó en los cinco diarios más influyentes.
Le tocó cubrir y editar la información de las catástrofes, guerras y escándalos más notables del fin del siglo XX y principios de este.
A los 65 años de edad decidió jubilarse y realizar un reportaje de sí mismo lo que dio por resultado el libro Frente al poder: Trump, Bezos y el Washington Post, el cual es una crónica puntual del trato profundo que tuvo con ellos mientras fue director del diario que fundó la familia Graham.
Martin Baron fue testigo y víctima del trato humillante y las amenazas de Donald Trump hacia la prensa. Vivió el impacto de las redes sociales en la información diaria, fue protagonista en las crisis de los periódicos impresos y atestigua los detalles de la venta del Washington Post a Jeff Bezos, el poderoso dueño de Amazon.
Este periodista escéptico, necio y animal de la redacción durante 24 horas, rindió culto a la verdad hasta el final de su vida profesional. En uno de sus tantos ejercicios midió a Trump por sus embustes con estos datos: El 11 de agosto de 2020, el presidente dijo 189 mentiras. El 2 de noviembre, acumuló 503 falacias. En la pandemia añadió 2 mil 500 falsedades sobre el coronavirus. Al final de sus cuatro años como presidente acumulo 30 mil 573 mentiras.
En su narración detalla los insultos que el mandatario le encajaba por teléfono cuando no le gustaba las notas del rotativo; Martin solo escuchaba y las apuntaba en su libreta.
De la misma forma describe los humores de los reporteros y editores en las situaciones tensas, como por ejemplo la noche en que se confirmó el triunfo de Trump: “Cuando ganó todos estaban consternados en la redacción. Al parecer los votantes habían ignorado todo lo que se había investigado de Trump. Había una desconexión entre la realidad de lo que nosotros veíamos y la realidad que veían los votantes”.
Los reporteros le preguntaron a su director ¿qué vamos a hacer?, y él contestó; “Hagamos nuestro trabajo, así de sencillo”.
A Martin Baron se le debe la famosa frase que ahora luce en una pared del Post: No estamos en guerra contra la presidencia; nosotros hacemos nuestro trabajo.
Dentro de las 500 páginas de este peculiar reportaje hay un itinerario que cruza las historias y es sin duda una advertencia, básicamente, a los electores que dentro de unos días tendrán que votar o no por Donald Trump, y al que Martin Baron describe así:
“Un hombre amargado, embustero y narcisista. Nacido para los privilegios y sin embargo siempre (está) fingiendo ser víctima (puso) a Estados Unidos al borde del precipicio (…)
Su inobservancia por la verdad, el desprecio a la realidad, ha sido su modelo vital (…) Era un maestro de las cortinas de humo. No había capítulo en su vida que no mereciera ser investigado.
“En todos mis años como periodista no había visto a un candidato presidencial con semejante decisión para acabar con un medio y con un nivel de venganza tan violenta contra su propietario. Las amenazas de Trump me recordaban a las de Nixon”.
El periódico impreso será un objeto exótico
Otra ruta que marca esta obra son los esbozos de la ingeniería en el pensamiento de Bezos con respecto al periódico y a la salvación de la empresa, por la que pagó 250 millones de dólares.
“Necesitábamos inteligencia, conocimientos tecnológicos y dinero para la reconvención periodística”, escribió el periodista.
“La sentencia de muerte de cualquier empresa es la glorificación de su pasado por bueno que este haya sido (...) Debemos poner en el centro de la empresa al lector, no al anunciante”, respondió el magnate.
Y agregó: “Se puede ser eficiente recortando y reduciendo, es bueno para la supervivencia, en el mejor de los casos, pero en el peor, eso conduce a la desaparición. (…) Para el cambio habrá que hacer movimientos rápidos para abordar el malestar y el fatalismo (de los periodistas)”, sentenció Bezos.
Para llamar la atención y perdurar en el mercado, el nuevo dueño ordenó: “Se fascinante, correcto y no seas aburrido y pide que la gente pague y pagará. Este negocio (se refiere a la información en la web) ha dicho que la información es gratuita, pero el público es listo y sabe que cuesta mucho la buena información. Sabe que el periodismo de calidad es caro y están dispuestos a pagar, pero hay que pedirlo”.
¿Queremos pocos suscriptores que pagan mucho o muchos que paguen poco?, cuestionaba.
Lo primero que hicieron fue mantener el periódico y atacar la urgencia informativa que exigía la vida digital.
Sobre el diario impreso Jeff Bezos piensa: “Un día se considerará al periódico como un producto de lujo. No será algo que la mayoría de la gente pueda tener. Será algo exótico. Será como tener un caballo. Y nadie utiliza los caballos como un medio de transporte. Uno lo tiene porque es un animal hermoso y a uno le encanta montar. Así que alguna gente seguirá utilizando los periódicos de papel. Y será hermoso. Uno irá a la casa de un amigo y tendrán un periódico de papel. Y dirá: “¡Vaya que maravilla! ¿Puedo leerlo?”.
Para atacar la competencia en redes sociales, Martin Baron formó un equipo llamado Morning Mix; una redacción nocturna para ver noticias en la mañana. Gran idea. Y contrató a decenas de freelance en todos lados para tener noticias frescas.
Sobre el sindicato y las pensiones Bezos pensaba: Es importante para un negocio no tener obligaciones infinitas.
Aguanta vara
“Dirigir un periódico para caerle bien a alguien, no es posible (…) Es un defecto. El buen periodismo tiene que hablar por sí mismo (...) El periodismo no es para los pobres de espíritu”, advierte Martin Baron.
Asimismo reconoce que nunca Jeff Bezos intervino en las decisiones editoriales del Post, pero es prolífico el autor en detallar el enfrentamiento de Trump contra el empresario y su barco insignia: Amazon.
En la cúspide del enfrentamiento y cuando Bezos triplicó la apuesta para mantener al Washington Post, diseñó una campaña publicitaria que dió inicio en la transmisión del Super Bowl, con la frase: La democracia muere en la oscuridad; el actual slogan del periódico.
Un buen día, en medio de esta guerra que le costó millones de dólares a Jeff Bezos, Sally Quinn, la esposa del periodista decano Ben Bradlee, le dijo: “Mantén la verga dura”, aguanta vara, pues; “Eso te diría mi esposo”, y así fue.
Edición: Fernando Sierra