Por sequía, jaguares buscan a sus presas en poblados de QRoo

Eduardo de Luna
Foto: Inofqroo
La Jornada Maya

Playa del Carmen, Quintana Roo
Domingo 1 de abril, 2018

La noticia de la muerte por disparos de un jaguar en el municipio de Tulum a manos presuntamente de un trabajador ejidal, quien que le sorprendió mientras el gran felino cazaba para comer en las inmediaciones de la propiedad a cargo de esta persona, causó indignación y molestia en la ciudadanía quintanarroense por lo que representa asesinar a una especie emblemática del estado, protegida por las normas nacionales e internacionales de preservación de las especies.

La imagen presentada por los medios de comunicación del cadáver del jaguar era tan simple como impactante, un gran felino con los ojos abiertos, inmóvil con una expresión fría y perdida, sin alma, conmovió inmediatamente a quienes la observaron y motivó la elaboración de este reportaje para conocer qué está pasando con los jaguares y por qué es más recurrente la presencia del Balam en las zonas habitadas por humanos.

Para conocer esta situación, [i]La Jornada Maya[/i] entrevistó a Laura Argüello, integrante de la Red Comunitaria del Jaguar , al cual ha realizado un trabajo arduo de monitoreo de estos felinos en Quintana Roo, y que se ocupa también de brindar información a las comunidades en los que se realizan los avistamientos acerca de las rutas y comportamientos de estos animales. Se encarga de sensibilizar el manejo que se tiene respecto a la cacería e incluso "satanización" por parte de ejidatarios hacia el jaguar. "Es complejo abordar el tema con los ejidos, por el significado cultural que tiene la cacería en las comunidades, los jóvenes casi ni tienen esas prácticas, ni se dedican a la milpa siquiera", comentó la naturalista.

El problema según hace constar Laura Argüello se divide en dos partes: por un lado, la más importante es que la sequía en las zonas que recorre el jaguar, abre nuevas veredas para buscar presas, las cuales por las condiciones mencionadas, obligan a los felinos a acercarse a áreas pobladas donde depredan animales que cohabitan con el hombre quienes ante este hecho, montan incluso guardias de cacería para terminar con el depredador, existiendo al momento varios focos rojos por este hecho en el estado, principalmente en la zona de Akumal.

"La vulnerabilidad de la fauna silvestre, y en especial del jaguar, irá incrementándose. Hay causas inevitables como la sequía, el crecimiento horizontal y expansivo de la urbanización de los municipios ocasionó -jaulas- verdes sin pasos biológicos entre los desarrollos inmobiliarios y asentamientos irregulares, generando para el jaguar embudos que desembocan en carreteras o asentamientos humanos, exponiéndolos al atropellamiento o a la cacería. Trabajar en la conservación de la especie va de la mano del trabajo socio-ambiental en campo con las comunidades, además de los centros urbanos ya conocidos".

El otro aspecto fundamental para la naturalista es sin duda la difusión, ya que el trabajo de campo que realizan las asociaciones es insuficiente para abarcar a toda la población que pudiera estar "tentada" a asesinar felinos que depreden a sus mascotas o animales de granja.

"Se necesita reforzar la conexión entre población y autoridades. Difundir en la comunidad los recursos existentes como leyes, reglamentaciones y herramientas para activar respuestas de las autoridades. Si bien existen protocolos y áreas que se ocupan de la problemática de fauna silvestre en todos los órdenes de gobierno, el ciudadano en muchos casos desconoce a cuál recurrir, acudiendo a redes sociales por la inmediatez de la difusión del problema -falso o verdadero-. El porcentaje de ciudadanos empáticos y reactivos se incrementó, pero poco pueden actuar o intervenir las autoridades seriamente, si la participación de la comunidad es informal y desorganizada, no se traduce en denuncia ni reporte del problema a resolver al área que corresponde.

Es importante optimizar en los distintos órdenes de gobierno el trabajo y esfuerzo en conjunto para lograr una red de comunicación y contención que atienda eficaz y rápidamente los focos rojos que se detectan y actuar con urgencia", puntualizó.

La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente en Quintana Roo (Profepa) emitió un comunicado el 30 de Marzo del 2018 donde mencionó que "personal de la Delegación Federal de Profepa en la entidad llevó a cabo un operativo en la Bahía de Akumal, en coordinación y apoyo del personal de ecología municipal, en la coordenada X=431860, Y=225310, lugar donde se constató la presencia de un ejemplar sin vida de jaguar macho adulto, en etapa reproductiva, de 1.18 m de longitud y 0.80 m de altura" detallando en el mismo comunicado "Los inspectores federales de la Profepa realizaron la revisión física y ocular al cuerpo del ejemplar; se observó que presentaba indicios de múltiples orificios, aparentemente causados por disparos de arma de fuego en los miembros y costado derecho, presuntamente causados por una escopeta" y señalando además que "Personal de esta Procuraduría Federal de Protección al Ambiente continúa recabando la información pertinente con el objeto de dar con el paradero del presunto responsable de tales hechos, a fin de que se presente la denuncia penal correspondiente por tratarse de una especie en riesgo de extinción".

Al momento, no existe denuncia alguna presentada ante la Fiscalía General del Estado o la Procuraduría General de la República para dar con el paradero del supuesto asesino del jaguar, el cual en caso de ser encontrado, se enfrentaría a una probable sanción que consiste en la imposición de una multa por el equivalente de 50 a 50 mil días de la Unidad de Medida y Actualización vigente en la Ciudad de México. Y conforme a lo previsto en el artículo 418 del Código Penal Federal, dichas conductas pueden derivar en un delito penal y se podrá imponer una pena de seis meses a nueve años de prisión.