"Mi talento viene de una obsesión con el trabajo": Peter Terrin

Maku Lignarolo
La Jornada Maya

Playa del Carmen, Quintana Roo
Martes 6 de marzo, 2018

“Soy muy disciplinado; trabajar y trabajar todos los días en la pintura me ha dado el oficio y la posibilidad de ser mejor cada vez”, me dice Peter Terrin, un artista belga que vive en Quintana Roo desde hace 10 años. Su camino ha sido de ardua labor, pero con un rumbo fijo: el éxito.

Al llegar y ver su estudio, ubicado en los altos de un edificio frente a un estanque de delfines en Puerto aventuras, se podría decir que este es el sueño cumplido de cualquier artista; y lo ha sido para Peter. Sin embargo, él tiene ya un pie en otro sueño, un escalón más arriba: el tener un lugar propio, para vivir y para trabajar, muy cerca de allí en el Rancho Santa Teresita en Akumal.

Pinta, sobre todo, rostros de mujeres con miradas lánguidas, sensuales, picaras; o rostros de hombres con oficios comunes o famosos; ha hecho comisiones de pinturas de las ciudades de Nueva York y París, de animales como el que está terminando ahora, una guacamaya gigante; pinturas que están instaladas en muchas casas de la región, de México y del Mundo. Aparte de cuadros, me topo también con una bicicleta profesional y con un medallero atestado de reconocimientos; la otra pasión de Peter son los triatlones, en los cuales participa con el mismo entusiasmo con el que agarra la paleta y la espátula llena de color y la pone sobre un lienzo del que surgen sus pinturas, con un estilo que podríamos llamar impresionismo moderno.

“Desde niño pintaba bien”, responde a mi pregunta de dónde le viene su talento. “Mi madre pintaba de hobby y mi padre fue mi primer cliente, pues era profesor de niños con capacidades diferentes y me pidió que le hiciera caricaturas para poder enseñarles mejor y por las cuales me pagaba cualquier cosa, que para mí entonces era bastante. Pero pienso que, en mi caso, mi talento viene de la obsesión que tengo con el trabajo. Pinto diario, muchas horas al día”.

“A pesar de eso, mis padres no querían que estudiara pintura, no le veían futuro a esa carrera. Decidí estudiar diseño textil para tranquilizarlos. Mi formación últimamente me ha servido mucho como base de mis rostros”.

[b]¿Como llegas a Quintana Roo?[/b]
Por trabajo. La compañía de animación con la que estaba en Ibiza buscaba ampliar su mercado, pues allá solo se trabaja 6 meses al año por el invierno europeo. Y aquí, en el Caribe, se trabaja todo el año. Hacía los sets y la escenografía para sus shows.

¡Siempre quise ser pintor! A los dos años de estar en Quintana Roo decidí salirme de la compañía y dedicarme a pintar, eso fue hace 8 años.


[b]¿Te costó tomar la decisión?[/b]
No fue nada fácil para mí en un comienzo, a veces no me alcanzaba ni para comer. Pero no me di por vencido, algún tiempo después conocí una pareja de canadienses a la que le encantó lo que hacía; me compraron pinturas y me quisieron apoyar: yo cuidaría su casa en Puerto Aventuras y en el tiempo libre, a pintar. Sin este apoyo no sé qué hubiera pasado. Igualmente importante en aquel momento fue enterarme que se abría un proyecto para exhibir en la 5ª Avenida llamado CAMINARTE. Me inscribí, y tengo que decirlo, para mí fue un detonador para darme a conocer y vender. Varios meses estuve repartiendo tarjetas, y vendiendo aquí y allá, hasta que un día me llegó un galerista holandés que quiso mi obra para una exhibición, y allí comenzó todo. Hay gente que todavía conserva mi tarjeta y me ha contactado después de años.

Igual me he enfocado mucho en las redes sociales. Por esa vía me llegan hoy la mayoría de mi trabajo por comisión y clientes. En Instagram tengo casi 100 mil seguidores de todas partes del mundo.

He experimentado con galerías y no es tan sencillo, por eso no trabajo con ellas. Lo que me ha funcionado más es gestionar mis propias exhibiciones o invitaciones especiales de gente particular, como la ultima exposición que tuve en Mérida o en el Hyatt de Playa del Carmen. Tuve una emblemática exposición en mi tierra natal Bélgica, a la que llamé [i]Coming Home[/i] y que fue éxito en todos los sentidos; demostré que, si pude... a mi familia y amigos, además vendí todo.