“Lo que no hizo el huracán Wilma lo hizo el sargazo”: Brigitta van Tussenbroek

Carlos Águila Arreola
La Jornada Maya

Cancún, Quintana Roo
Lunes 1 de julio, 2019

“Lo que no hizo el huracán Wilma lo hizo el sargazo”, y recuperar las playas de la zona norte costará el triple que en 2010: alrededor de 3 mil millones de pesos, sentenció la científica holandesa Brigitta van Tussenbroek Ribbink, de la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales Puerto Morelos, quien añadió que hay pérdidas de hasta 15 metros de playa.

Señaló que el arribo de la ova está acelerando la erosión de las costas, como en El Mirador II, playa pública en Punta Nizuc, donde la pérdida es ya superior a la decena de metros debido a la degradación de los ecosistemas, los cuales “están deteriorándose a una tasa sin precedentes, por la cuota de nutrientes y materia orgánica. (Los organismos) están muriendo o están siendo reemplazados por otros que sí se van a adaptar, pero a final de cuentas vamos a tener otro ecosistema”.

Hace meses, Brigitta van Tussenbroek alertó que el combate a la macroalga estaba ocasionando severos daños al ecosistema y a la industria turística, sobre todo porque en aras de detener el arribo masivo de talofita estaban matando los pastos marinos, que previenen la erosión costera y protegen la comunidad arrecifal coralina.

Sostuvo que en los últimos tres años, el retiro de talofita ha provocado la muerte de pastos marinos en una franja de hasta 100 metros, praderas donde se reproducen y crían peces arrecifales y pelágicos, moluscos y langostas, responsables de la transparencia del agua y retención de arena, lo que provoca la pérdida del icónico azul turquesa del mar.

“Las playas también van a desaparecer (…) El sargazo está aportando nutrientes, nitrógeno y fósforo; la presencia de esos elementos siempre ha sido muy baja, y eso hace que empiece a crecer el fitoplancton, que da otro color al agua y también le quita transparencia porque tampoco había materia orgánica”, señaló.

Sin vuelta atrás
Tussenbroek Ribbink aseveró que los ecosistemas de Cancún de hace un lustro no volverán a verse; será muy difícil, sino imposible, recuperarlos, lo que eventualmente afectaría la llegada de visitantes.

En todas las zonas donde hay acumulación de sargazo, los lixiviados que suelta durante su descomposición han matado desde 2015 los pastos marinos, y el evento fue mayor en 2018 debido al excesivo arribo de la macroalga; toda la flora y fauna en una franja de 10 a 100 metros mar adentro ya murió en los 900 kilómetros de litoral de Quintana Roo.

Explicó que “sobrevivió 20 por ciento de especies en Puerto Morelos porque fue atendido rápido por la cercanía del instituto; el problema es que cuando la ova dura más en la playa, como en Nizuc, la laguna Chacmuchuc y Xcalak, muere todo. El daño es inmediato y se prolongará durante los siguientes años.

“Ya no va a haber turismo masivo de playa porque la playa ya no va a estar, o ya no va a estar tan bonita. Hay erosión de playas, si no hay pastos que fijan la arena, también la arena se mueve”, señaló.

Sostuvo que la afectación por la pérdida de pastos marinos afecta desde Holbox e Isla Mujeres hasta Mahahual y Xcalak, y reiteró que hasta ahora las medidas de mitigación son insuficientes y no basta con que cada hotelero y el municipio limpien porque el sargazo seguirá llegando y afectando al ecosistema.

Además, subrayó que la afectación es doble: además de provocar la degradación de pastos marinos, hay un mal manejo del alga que es levantada de las playas con todo y arena, por lo que estimó que el costo para la recuperación de las playas erosionadas, sólo en el norte del estado, sería de alrededor de 3 mil millones de pesos.