Ciclones, aislamiento y abuso, adversidades de Q. Roo

Texto y foto: Joana Maldonado
La Jornada Maya

Chetumal, Quintana Roo
Lunes 26 de junio, 2017


[i]Historiador, escritor y periodista, chetumaleño de nacimiento, con una narrativa descriptiva única y recientemente homenajeado en la Universidad de Quintana Roo, Héctor Aguilar Camín comparte algunas perspectivas sobre el panorama “complicado e incierto” que enfrenta el país ante un proceso electoral que dará inicio en tres meses y que representa “un volado”.[/i]


Héctor Aguilar Camín nos recibe en el emblemático hotel Noor, donde se hospedó unos días, junto con su esposa, la también escritora Ángeles Mastretta. Se pone de pie al vernos y pide un vaso con hielo y dos con agua.

Nacido el verano de 1946, hijo pródigo de Quintana Roo a causa del huracán Janet, el historiador asegura que nació; renació o no murió en 1955 con este ciclón. “Luego volví al estado, de la mano de Pedro Joaquín Coldwell”.

El autor de [i]Adiós a los padres [/i](2014) relata con orgullo que en 1992, en el gobierno de Miguel Borge, recibió la Medalla al Mérito Cívico “Andrés Quintana Roo”, pero que con el doctorado honoris causa entregado el pasado jueves por la UQROO, se sintió más “vuelto a nacer”.

[b]Quintana Roo es un pequeño milagro[/b]

Aguilar Camín reitera su perspectiva sobre Quintana Roo y advierte que este estado es quizá la región que más rápidamente y mejor se ha desarrollado en México en los últimos 30 años; “es un pequeño milagro”, por su crecimiento, comunicación con el mundo, densidad y complejidad política.

Sin embargo, reitera, como lo hizo durante su admirable discurso en la UQROO, “tres han sido las adversidades de este estado: los ciclones; el aislamiento y el abuso de sus gobernadores.

“Los ciclones los hemos logrado superar con medidas preventivas, son incontrolables, pero hay una reacción racional para contenerla; el aislamiento es paradójico, es mayor entre las ciudades de Quintana Roo que entre el propio estado con el mundo. Es más difícil ir en avión de Chetumal a Cozumel, que para venir de México o Frankfort a Cozumel o Chetumal, ya no digamos a Cancún, pero el aislamiento se ha reducido”.

“Pero si los quintanarroenses corrigen esto, mejorar su gobierno, toman ejemplos de muy buenos gobiernos que ha habido como el de Rafael Melgar, el de Javier Rojo Gómez al final del milagro mexicano, el de Pedro Joaquín Coldwell, el de Miguel Borge; si pueden darse un buen gobierno, honesto, transparente, sólido, pueden con todo”.

El escándalo que actualmente vive el estado, afirma, “es tan grande” que va a ser muy difícil que los próximos gobiernos incurran en grandes abusos, porque lo que ha quedado claro es que sí hay costos y no sólo en Quintana Roo, sino en todo el país.

Cita que hay varios gobiernos locales, como Quintana Roo, que viven una especie de “luna de miel”, pero que habría que recordar que este gobierno ganó por pocos votos.

“El PRI consiguió muchos votos. No es un gobierno que esté en una abrumadora mayoría, cada error le cuesta mucho y la falta de unidad interna le cuesta mucho, pero está todavía en la fase de querer componer las cosas; el proceso del año entrante le va a quitar muchísimo tiempo y va a crear una tormenta de política por razones locales y nacionales que va a hacer más difícil la tarea de gobernar con tranquilidad y solidaridad”, precisa.

[b]A México le urge una alianza ciudadana con izquierda y derecha[/b]

Al tomar como referencia Quintana Roo, en donde gobierna una alianza PAN –PRD, que es uno de los proyectos de alianzas nacionales, “hemos visto esa alianza con éxito en varios estados y no estoy muy seguro de que funcione a nivel nacional. Son una alianza contranatura, no lo creo, la política va siendo fluida, y nos urge en México algo parecido a una alianza, izquierda, PAN y ciudadanía”.

Ante el panorama electoral, en apariencia inclinado hacia la izquierda, el escritor indica que precisamente la falta de certeza representa un gran problema para Quintana Roo y todo el país, “porque no hay claridad en las propuestas, está muy retrasado el proceso respecto a la expectativa de la gente; está muy adelante López Obrador o una propuesta de muchas cosas, y las otras que pudieran ser las propuestas que discuten, no están presentes. Están peleándose cada vez más abiertamente en el PAN, peleándose bastante fuerte en la izquierda, nada nuevo, y por el otro lado, peleándose por el candidato del PRI”.

En el panorama nacional está Morena (Movimiento de Regeneración Nacional) que juega sólo pensando que caerán los ciudadanos y los partidos, y por otra parte está el PRI que, al igual, juega sólo con unos pocos aliados, esperando que la fragmentación de las izquierdas y el PAN, le dé la ganancia; pero también hay una enorme cantidad de ciudadanos sueltos que no saben a dónde ir y que no tienen oferta.

[b]El PRI de siempre[/b]

El panorama, indica, no da ventajas al PRI y al Presidente, al no haber una estrategia clara.

“No hay una estrategia clara para nosotros. No sabemos lo que el Presidente quiere hacer pero es la estrategia tradicional del PRI; si uno no elabora mucho y se atiene a lo que hay, lo que Peña quiere hacer es un destape tradicional en donde él decide quién va.

“Como en cada sucesión priísta, hay cinco o seis; al final el Presidente dirá ‘es fulano’, y el partido es el PRI viejo, tradicional, repetitivo, en condiciones muy desfavorables por la falta de poder del Presidente y la fuerza de la oposición”.

[b]AMLO todavía no tiene competidor[/b]

El escritor asegura que la ventaja de Andrés Manuel López Obrador es evidente, “lleva 2 años de campaña presidencial, tiene los spots de su partido y una campaña como no la ha tenido ningún candidato antes en la historia de México; más de un millón de spots hablándole a los medios en todos los niveles”

Tiene otra ventaja, indica: un discurso convincente contra la corrupción:

“La gente le cree que es una gente contra la corrupción, pero la verdad es que no tiene competidor, no sabemos en dónde está, no sabemos su posibilidad de crecer. Si una vez que aparezcan las opciones reales de competencia él va a crecer o va a volver al nivel de siempre, perdiendo por poco o por menos poco. No sabemos si está en un techo o tiene la posibilidad de seguir creciendo”.

Aguilar Camín considera que el líder de Morena ha empezado a cometer errores grandes, el mayor de los cuáles es no haber hecho un acercamiento con las izquierdas después de la elección del Estado de México.

“Si él no puede unir a la izquierda, parece muy difícil unir a los mexicanos en torno a su candidatura, es un error grave, desde luego soberbio y calculador, porque piensa que va a desfondar a los partidos de izquierda por la base, que se traerá a sus votos y que los dirigentes, cuando lo vean, vendrán de rodillas a pedirle ayuda, pero eso no fue lo que sucedió en el Estado de México. Ahí él, soberbiamente, le pidió a la izquierda que necesita ganar que se arrodillara. Eso es una mala idea, incluso si puede obligar al otro a arrodillarse, porque es algo que se hace de buen grado o se recuerda y se odia para siempre”.

Con esto, sostiene el autor de Toda la vida, AMLO perdió su primera gran oportunidad de alianza, y cometió el primer error: regaló una parte de la mesa al PRD, que busca un aliado menos exigente; al PAN, que ha tenido alianzas exitosas con PRD, y al PRI, que puede jugar a la fragmentación.

[b]El plebiscito que plantea AMLO[/b]

El también ex director de la revista [i]Nexos [/i]asegura que López Obrador sí significa un proyecto radicalmente distinto al de los otros partidos y que si los mexicanos lo elegimos se tendrá un gobierno cuyo compromiso es echar atrás las reformas que están vigentes: “El aeropuerto que ya se está construyendo, los contratos que ya están firmados con la reforma energética; y quiere un Estado con mucho dinero de programas sociales que saldrán de la reducción de la corrupción, de donde el Estado obtendrá 500 millones de pesos, para volver a tener un Estado que invierta en infraestructura y programas sociales. Es un proyecto radicalmente distinto al de las otras fuerzas del país”.

Andrés Manuel plantea un plebiscito, indica: “seguimos con este proyecto defectuoso, caro, pero sostenido, que genera algunas condiciones favorables, o lo echamos para atrás”. La elección que viene es un sí o no, “es un volado” y ello es malo para la vida democrática del país.

“Porque lo que uno quiere es un poquito más a la derecha, porque nos fuimos muy a la izquierda; o un poco más a la izquierda, porque nos fuimos a la derecha. Uno quiere correcciones, no rupturas porque éstas son muy caras y no dependen de nosotros sino del contexto internacional. Y si añadimos la presión del nuevo presidente de Estados Unidos, tenemos un panorama complicado para plantear un cambio radical de poder.

“Todos los días escribo, eso me parece fundamental. Lo que puede hacerse para que este país conserve y acelere su camino a una sociedad próspera es que se cree riqueza equitativa, y democrática; somos más o menos una sociedad democrática, pero no somos una próspera ni equitativa. Es Quintana Roo el que está más cerca de conseguirlo”, concluye.