Madres de QRoo, en la primera línea de acción contra el coronavirus

Joana Maldonado
Foto: Reuters
La Jornada Maya

Chetumal, Quintana Roo
Viernes 8 de mayo, 2020

No todas las personas han tenido el privilegio de guardar la cuarentena en casa y acompañar a sus familias, ayudar a sus hijos con tarea, preparar postres y contener los momentos de ansiedad en medio de la pandemia y la incertidumbre. Hay mujeres que aún cuando su propia vida está en riesgo se mantienen en la línea de acción para contener este implacable coronavirus. Es el caso de Claudia, enfermera general del Hospital General de Chetumal, y Alba, inspectora de la Policía Quintana Roo.

Después de varios años de estudiar y ser ama de casa, Claudia Sotelo Bovadilla cumplió su sueño de convertirse en enfermera. Desde hace tres años ejerce su profesión en el Hospital General de Chetumal; hoy está adscrita al área de atención COVID-19. Ella jamás habría imaginado que hoy estaría enfrentando algo de tal magnitud.

Además de ser una heroína en el sector médico, Claudia, de 30 años, es madre de dos menores; un niño de 11 y una niña de cinco años. Para su fortuna, cuenta con la ayuda de su mamá y la responsabilidad de su esposo para atender la casa y sus hijos.

A diferencia de muchas mujeres que desde sus casas cumplen con sus obligaciones laborales y al mismo tiempo atienden -aunque solas- las necesidades que se presentan en sus hogares, Claudia enfrenta en la primera línea de defensa a este poderoso enemigo con la esperanza de llegar todas las mañanas, después de 12 largas horas de trabajo, a su casa y abrazar a su familia.

Los días para Claudia, como para muchas mujeres que además de la carga laboral tienen encima el trabajo de tiempo completo en el hogar e incluso asumen la responsabilidad de la educación escolar de los niños es aún más complejo; no todas tienen la preocupación de no contagiar a los miembros de su familia.

“Es algo preocupante, la sociedad aún no entiende la magnitud del problema; en el hospital vemos todo eso, la preocupación de bañarnos antes de salir del hospital, llegar a casa y volverse a bañar y lavar todo evitando tener contacto con los niños, desinfectar todo; es algo estresante y triste a la vez, es una situación que nunca habíamos vivido”, relata.

[b]Como madre y policía[/b]

Alba Chan Castillo es inspectora de la Policía Quintana Roo, hoy está comisionada a Bacalar, en donde hace las funciones de participación ciudadana. Su trabajo ahora, está enfocado al apoyo ciudadano repartiendo cubrebocas e información a los comités vecinales del municipio, en relación a este nuevo coronavirus y todo lo relacionado a la prevención de la violencia en el hogar.

Alba, de 46 años, es divorciada desde hace cinco años y desde entonces es el sostén mayoritario en su hogar y encargada del cuidado de sus dos hijos varones de 21 y 12 años. “No tenemos ese privilegio de trabajar desde nuestra casa, entonces tengo que salir a trabajar; desgraciadamente no tengo una persona que me apoye pero hemos aprendido a ser un equipo los tres”.

Su hijo mayor es estudiante de gastronomía, prácticamente es el encargado de la casa, aunque al llegar por las noches Alba se encarga de cocinar la cena y dejar listo el almuerzo del día siguiente.

“Ellos se dan cuenta de lo que pasa, saben el riesgo y quisieran que me quede en casa como muchas mamás, pero no puedo, y entienden el tipo de trabajo y la responsabilidad que tengo”, relata, y con una sonrisa añade: “Lo que me gusta de mi hijo es que cuando regreso de trabajar ya tiene mi ropa afuera para que me cambie y entre de manera segura a casa. No es fácil ser policía, además del trabajo en la dependencia tenemos mucho trabajo en casa”.

Este domingo, ni Claudia, ni Alba, ni miles de mujeres mexicanas celebrarán el día de la madre como antes, pero “cuando todo esto pase” habrá una fiesta por la vida.

Edición: Elsa Torres