El abuelo murió, pero defendemos su legado: Norberto May Pat

A las generaciones de los caudillos mayas que encabezaron la guerra de castas les toca preservar su legado y “luchar con otras armas, como la educación”, destacó Norberto May Pat, descendiente en sexta generación del general Jacinto Pat y quien se desempeña como maestro de educación indígena en la zona maya. Don Norberto es nieto de Leonardo Pat Cauich, último descendiente directo del líder maya, quien falleció el pasado 3 de enero.

Entrevistado vía telefónica, dijo que tuvo el privilegio de recibir de primera mano las enseñanzas de su abuelo, quien hasta los 90 años se mantuvo activo; posteriormente se retiró de la vida pública, dejó las guardias y sus labores como sargento y músico de maya pax en el centro ceremonial de Tixcacal Guardia para volver a su pueblo, San José Primero.

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Este poblado fue fundado por el padre de don Leonardo, José Pat Tah, quien cuando estalló la guerra de castas se exilió junto a sus seis hermanos en Corozal, Belice, pero debido al mal clima al cual no pudieron adaptarse regresaron a Quintana Roo, donde se establecieron a 20 kilómetros de Felipe Carrillo Puerto, nombrando al pueblo San José Primero. Ahí nació don Leonardo y aunque su fecha de nacimiento está fechada en 1924, su nieto afirma que era mayor. Oficialmente falleció a los 98 años de edad.

Leonardo Pat Cauich era el abuelo materno de Norberto May Pat, quien menciona que pertenece a la sexta generación del caudillo maya. “Cuando mi abuelo se retiró optó por una vida más cultural, dedicada a la preservación de la historia, participó en el museo de la guerra de castas de Tihosuco y en instituciones educativas como la Universidad Intercultural Maya y el Conalep, donde daba charlas con el antropólogo Mario Baltazar Collí”, recuerda.

Don Leonardo participó en la elaboración de varios documentos, video y audios sobre las vivencias que sus padres le contaron de la guerra de castas, la cual vivieron en primera persona. Fue un divulgador histórico para que las nuevas generaciones no olviden su pasado. “Realmente no tuvo reconocimiento a nivel estatal, él cortó el listón inaugural del Museo de la Cultura Maya de Chetumal, donde aseguró que ‘comió con el enemigo’ refiriéndose a que compartió con los representantes del gobierno cuando para los mayas la guerra aún no había terminado”, destaca el entrevistado.

Norberto May Pat menciona que son muchos los descendientes de esta familia, algunos de los cuales viven en Cancún; de su rama familiar él es el único que se dedica a la educación: “ser maestro era considerado ser un traidor porque era ser parte del estado, del gobierno que combatimos, nuestros padres rechazaron la llegada de la escuela a su pueblo porque significaba imponerles el español. Fueron apresados y los llevaron 15 días a la cárcel en Carrillo Puerto”.

Sin embargo para él la verdadera lucha consiste en utilizar la estructura del Estado para mantener las tradiciones vivas, transmitir las historias de los abuelos para que no se pierdan, un legado histórico que -dice- trasciende a su familia y es de Quintana Roo. Desde 1995 es maestro de educación indígena en Hondzonot, municipio de Tulum e imparte clases de lengua maya en Valladolid, Yucatán. Como parte de su formación cursó un diplomado sobre educación bilingüe en Arizona, Estados Unidos, con una beca de la Secretaría de Educación.

“Soy integrante de una comisión de la secretaría de educación de Quintana Roo que se encargó de realizar el programa para incluir dos contenidos muy importantes en la educación curricular: el maya pax y la guerra de castas, esos son temas que ya se estudian en las escuelas primarias indígenas”, indica.

Recuerda lo importante de mantener el legado de sus ancestros: “ahora la responsabilidad de continuar la lucha es de los hijos y los nietos, las armas han cambiado, ahora tenemos la preparación académica para difundir estos conocimientos y para buscar la justicia tanto social como económica y política”.

Edición: Laura Espejo