Compartir la maternidad con la ciencia ha sido difícil: Brigitta Ine van Tussenbroek

Especial: Mujeres, luz y saber

Hace 32 años Brigitta Ine van Tussenbroek llegó a México desde Holanda. La bióloga es doctora por la Universidad de Liverpool y especialista en el estudio de las macroalgas. Todos los procesos que se conocen sobre los pastos marinos en el Caribe es gracias al trabajo que ha desarrollado en el Instituto de Ciencias del Mar de la UNAM en Puerto Morelos; no obstante, su carrera fue complicada por compaginarla con la maternidad, “porque no le puedes dedicar tanto tiempo a la carrera como lo hacen los hombres”.  

Brigitta Ine van Tussenbroek es maestra en biología por la Universidad de Utrecht, Holanda, y tiene un doctorado en la Universidad de Liverpool. Es investigadora titular de la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en Puerto Morelos, en el laboratorio de pastos marinos, y su línea de investigación es la biología y ecología de pastos marinos y macroalgas.

Llegó a México en 1989 y sólo un año después se creó el Laboratorio de Pastos Marinos en la Unidad Académica de Puerto Morelos a objeto de crear una investigación sobre la ecología de las vegetaciones marinas en el Caribe. La investigación en el laboratorio se enfoca en las praderas marinas en áreas tropicales, particularmente en sistemas del arrecife a través de estudios diversos. 

Tras estudiar su doctorado en Gran Bretaña,  llegó a la Ciudad de México, y casi de inmediato se trasladó a Puerto Morelos y desde entonces desarrolla sus investigaciones en el Caribe Mexicano. La bióloga, quien comenzó a estudiar el sargazo gigante en las islas Malvinas en el transcurso de su doctorado y el estudio de la fisiología de las macroalgas y fisiología animal, ha desarrollado diversos estudios sobre los pastos marinos en México.

“Ahí se combinan los estudios, no fue uno solo, yo quería estudiar otra especialidad en biología marina o ciencias marinas, y para la maestría estudié fisiología animal y fisiología de plantas, que más bien ha sido de macroalgas”, precisa.

La especialista considera que tuvo suerte pues al concluir sus estudios de posgrado llegó al Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, en donde le consideraron por su perfil y especialidad en pastos marinos. 

“Consideraron mi experiencia en el estudio de macroalgas para el estudio de pastos marinos, y ¿por qué eso?, porque son muy importantes, forman ecosistemas completos, y ellos querían alguien que se dedicara a ello, y desde entonces me dedico al estudio de pastos marinos”, precisó.

Brigitta Ine se ha dedicado a la ciencia por su pasión al estudio de la vida por sí misma, cómo se desarrolla y cómo interactúa en todos los niveles, pero particularmente la vida marina, por ello estudió inicialmente biología marina. 

La investigadora resume su carrera en su curiosidad por conocer la vida marítima y admite que le costó trabajo iniciar la labor con peces cuando cursó estudios de fisiología marina, por lo que se concentró en el estudio de plantas marítimas, lo que califica como “increíblemente fascinante” por la interacción entre animales y plantas.

Pero no todo ha sido fácil para la científica, pues precisa que si bien no lo había vislumbrado, hoy puede ver que el camino es más sencillo para los varones. 

“Era un ambiente masculino lo de la biología marina, y más el buceo y la exploración, empezaban a haber más mujeres, pero en el transcurso de mi carrera me di cuenta de que es un poco más difícil para las mujeres avanzar, por ejemplo, me era mucho más difícil ir a las expediciones cuando mis hijos eran pequeños”, precisa.

Agrega que la maternidad de alguna manera es obstáculo para poder dedicar mucho tiempo a los procesos de investigación o exploración, pues una carrera científica demanda más de 40 horas de trabajo por semana para poder avanzar mejor. 

“Para avanzar bien y desarrollar bien, uno tiene que estar disponible todo el tiempo, que ahorita que mis hijos ya son grandes pues obviamente ya no es problema, pero cuando uno tiene más familia es mayor la dificultad, aunque poco a poco se van cambiando las roles, así veo las generaciones más jóvenes”, refiere la entrevistada. 

Brigitta Ine van Tussenbroek es una destacada investigadora reconocida a nivel internacional. Mucho de lo que se conoce sobre los procesos poblacionales y de ecosistemas de los pastos marinos en el Caribe tropical es gracias a los estudios que ha desarrollado de manera individual o en equipo.

“Ha sido un trabajo pionero, no sucedía nada, o casi nada, se sabía poco, por ejemplo descubrimos que los pastos marinos son plantas, no tuvimos ni idea de la diversidad genética, de la importancia para la sobrevivencia y de la especie principal que se llama hierba tortuga, entonces no supimos absolutamente nada, pudiera haber sido un solo genotipo o pudieron ser muchos, y eso fue algo de lo que estudiamos y verificamos que sí tiene una diversidad genética alta… es un aspecto importante de la biodiversidad para mantener las praderas”, explica. 

A partir de ello se conoce que la reproducción sexual de estas plantas es muy importante para la biodiversidad marina, por lo que se abundó en el proceso de reproducción, en donde se descubrió que organismos minúsculos en el mar tienen el mismo papel de polinización que tienen las abejas en la tierra.

“Eso fue algo maravilloso y completamente novedoso”, explica. Además, han descubierto la interacción de la tortuga marina cuando existen praderas de pastos marinos. Para el desarrollo de su carrera científica, lo más importante es nunca dejar de hacerse preguntas, por lo que también disfruta mucho de la interacción con estudiantes.

Visibilizar el trabajo de las mujeres y las niñas en la Ciencia debe ser causa común y permanente. Con ese fin La Jornada Maya y sus colaboradores te invitan a leer el especial ‘Mujeres, luz y saber’ con entrevistas, reportajes y opiniones que retratan los obstáculos que éstas afrontan para estudiar o trabajar en el campo científico, sus aportes profesionales a la vida cotidiana y el porqué son modelos a seguir.

 

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Edición: Laura Espejo