Guarderías no cubren necesidad de horarios de los trabajadores en QRoo

En Cancún y en general en Quintana Roo miles de niñas y niños entre 0 y cuatro años de edad, con padres y madres trabajadoras, requieren de un servicio de guardería, sin embargo, pocas cubren el tiempo que realmente se requiere y los menores terminan bajo el cuidado de familiares o vecinos.

En el mejor de los casos, están las guarderías del IMSS, gratuitas para los derechohabientes, que establecen horarios matutinos y vespertinos, pero únicamente la Guardería No. 1, ubicada en el centro de la ciudad, puede mantener a los pequeños de 7 de la mañana a 7 de la noche.

El resto mantienen un horario fijo entre ocho y 10 horas, lo mismo que las guarderías privadas, que también ofrecen su servicio a través del instituto, pero deben adaptar un horario, que habitualmente va de las 7 de la mañana a las 4 de la tarde.

De cierta forma son las más accesibles, pero aún así es muy complicado para quienes solamente en transporte hacia su trabajo hacen una hora o más de trayecto, porque entre el trabajo y transporte suman más de 10 horas.

“Yo la tengo en la guardería del IMSS y sale a las 4, pero no es suficiente, mi esposo la recoge y yo salgo a las 5, pero ya el siguiente mes saldré a las 6 de nuevo. Entonces la peloteamos entre mi suegra y mi cuñada, si a mi esposo no le da chance de salir por ella”, relató Jessica Jiménez, madre de familia cancunense.

Y para quienes tienen que pagar por una guardería, ya sea porque prefieren otro sistema, se adapta un poco más a sus necesidades o simplemente porque no tienen acceso al seguro social, se enfrentan no solamente a los tiempos limitados, sino también a los elevados precios.

“Yo lo llevo a guardería y las horas no son suficientes, en mi trabajo provisionalmente me dan oportunidad de terminar mi jornada vespertina en casa; sin embargo, en un mes más o menos tendré que buscar a alguien que lo cuide por la tarde”, compartió Dorali Pérez, quien como muchas madres tuvo mayor tiempo con sus pequeños a causa de la pandemia, pero que ahora que todo está regresando a la normalidad, se enfrentan nuevamente a la disyuntiva de “a quién encargarle a los niños”.

Los costos de guarderías oscilan entre los mil y cuatro mil pesos al mes en promedio, la mayoría con cuidados de entre seis y ocho horas.

“Yo pago tres mil de 8:30 de la mañana a 4 de la tarde. Y mis papás me apoyan con otras tres horas para cumplir con los horarios de trabajo. Aparte del costo de gasolina que representa, porque en mi horario de comida debo salir por mi hija, llevarla a casa de mis papás y regresar a la oficina. Por ubicación es moverse de zona hotelera a Santa Fe, de ahí a Unidad Morelos y de vuelta a zona hotelera”, explicó Wendy Mis.

La realidad es que hay muchas madres solteras y aún quienes viven en pareja o casadas que no alcanzan a cubrir los gastos con un solo sueldo, es allí cuando tienen que pedir favores a las abuelas, las tías e incluso a las vecinas, lo que no siempre resulta positivo, porque los menores de edad se enfrentan a situaciones incluso de peligro con sus propios familiares.

“Yo igual lo llevo a guardería del IMSS, en mi caso no siempre salgo tarde, pero varios días a la semana tiene que pasar mi vecina por él porque no alcanzo a llegar”, contó Ixel Chimal, otra madre de familia.

En el sondeo realizado las mamás coincidieron en que el horario laboral no va de la mano con los horarios de guarderías, especialmente con las del Seguro Social, y las privadas cobran horas extras y algunas cierran antes de que mamá o papá puedan llegar a recoger a sus pequeños.

“Yo llevo a mi hija a la guardería del IMSS. Literalmente me tengo que salir del trabajo para pasar por ella. Continúo mi jornada en casa haciendo malabares. Los viernes de consejo técnico no hay clases, así que falto a mi oficina. Por el momento no me dicen nada, pero tampoco me restituyeron el salario que tenía antes del Covid-19 y soy la gerente peor pagada de la empresa (y la mayor antigüedad), así que salirme para llegar a la guardería tiene un precio”, lamentó Jessica Jiménez.

Edición: Emilio Gómez