Marco Antonio Rodríguez Martínez, hermano del diputado local de Quintana Roo Omar Rodríguez Martínez, fue liberado por sus captores la madrugada de este domingo, luego de haber sido privado de la libertad ilegalmente la noche del sábado en un rancho de la comunidad de Calderitas, del municipio Othón P. Blanco.
En un principio se creía que la víctima era el legislador, quien mediante sus redes sociales aclaró la situación con el siguiente mensaje: “Amigas y amigos, me encuentro bien, mi hermano es quien se encontraba en una fiesta rumbo a Oxtankah y fue sustraído junto con un amigo de él por aproximadamente 10-15 personas armadas y encapuchados, quienes se dirigían en camionetas blancas rumbo a Calderitas. Desconocemos su paradero”.
La Fiscalía General del Estado activó la ficha de búsqueda 87/ZS/2023, detallando que el joven de 27 años había sido visto por última vez el 24 de junio de 2023 en Calderitas y solicitando a quien tuviera información sobre su paradero, comunicarse con las autoridades.
Pero la mañana de este domingo la misma dependencia publicó en redes sociales que desactivaba la ficha de búsqueda de Marco Antonio Rodríguez Martínez, ya que “fue localizado. Agradecemos su colaboración”.
De acuerdo con los primeros informes, tanto Rodríguez Martínez como su acompañante fueron golpeados por sus captores y trasladados a diversos puntos de la zona rural. Primero liberaron al amigo y posteriormente a Marco Antonio, quien permanece hospitalizado en la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Chetumal.
Los hechos ocurrieron pocos días después de que el magistrado presidente del Tribunal Electoral de Quintana Roo (Teqroo), Sergio Avilés Demeneghi, fuese privado de su libertad a las afueras de su domicilio en condiciones similares.
Edición: Emilio Gómez
La narradora realizó un performance en comemoración de su hermana, asesinada en 1990
La Jornada
Visión Intercultural
Francisco J. Rosado May
El pelotero mexicano, postulado por segunda ocasión, desarrolló gran parte de su carrera en los años ochenta
La Jornada
