El ice bath o inmersión en agua fría es una actividad que ha ganado popularidad en los últimos meses en las playas de Quintana Roo, pero de acuerdo con la instructora Solange Pereira, no sólo es una moda, sino que está respaldado por la ciencia y por un atleta holandés, creador del método Wim Hof, enfocado en mejorar al 100 por ciento la calidad de vida.
“El objetivo no es el ice bath meramente, sino que es un método que se basa en respiración consciente, exposición al frío…. Es un método poderoso, lo más importante no es la tina del hielo, incluye respiraciones, exposición al frío y compromiso”, detalló Pereira, quien mediante su cuenta de Instagram @solange_icewoman, comparte sus experiencias como maestra de la inmersión en agua fría.
A través de experimentos científicos se ha demostrado que este método tiene efectos positivos en la salud, lo que puede mejorar la resistencia al estrés y fortalecer el sistema inmunológico, al combinar la respiración consciente, la exposición al frío y el enfoque mental; busca influir en la regulación del ritmo cardíaco, la temperatura corporal y la secreción de hormonas.
El método, recomendó, es para todos, excepto para personas embarazadas, con esquizofrenia, problemas del corazón o hipertensión medicada. La exposición al frío desencadena la liberación de hormonas como la adrenalina, el cortisol y la serotonina, lo que puede tener efectos benéficos en el cuerpo.
Este fenómeno, conocido como hormesis, activa mecanismos de señalización que fortalecen las células, resetean el ADN y mejoran la capacidad del cuerpo para hacer frente al estrés. Además, la exposición al frío puede aumentar la termogénesis, lo que favorece la quema de grasa y la pérdida de peso.
Otro aspecto destacado de la inmersión en agua fría es su potencial para mejorar el estado de ánimo y la salud mental. Se ha demostrado que este método libera dopamina, una sustancia química asociada con la sensación de bienestar y felicidad.
La instructora añadió que a diferencia de otras actividades que generan dopamina de forma artificial, como el consumo de drogas, la liberación de dopamina inducida por la inmersión en agua fría puede durar varias horas y promover un estado de ánimo positivo y una mayor energía de manera positiva.
Además de los beneficios físicos y mentales, la inmersión en agua fría también puede ser una herramienta para la meditación y la contemplación. Al sumergirse en agua fría se elimina la distracción y se enfoca la mente en el momento presente, lo que puede facilitar la práctica de la atención plena y la reflexión profunda.
Este aspecto del método Wim Hof destaca la importancia del enfoque mental y la valentía necesaria para enfrentar el frío y superar los límites personales.
En resumen, concluyó la entrevistada, la inmersión en agua fría es más que una tendencia pasajera; es un enfoque respaldado por la ciencia y promovido por sus numerosos beneficios para la salud física, mental y emocional.
Edición: Ana Ordaz
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