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Ana Ramírez
12/11/2024 | Cancún, Quintana Roo
En los últimos años han proliferado los negocios irregulares que se convierten en una competencia desleal para el sector restaurantero, denunció José Julio Villarreal Zapata, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) en Quintana Roo.
Por una parte están las “carpitas” que simulan restaurantes pero que no tienen ni las mínimas condiciones de higiene ni cumplen las regulaciones de Protección Civil y que además no pagan los mismos permisos que un lugar establecido.
“Son negocios que se convierten en una competencia desleal. Son más de 40 entre la (avenida) Huayacán, en la Colosio, en la 135, este tipo de carpitas, puestecitos, que la verdad no abonan hacia la ciudadanía, porque luego pues van, consumen algo barato, pero le sale caro por la tifoidea y mil cosas que pueden suceder dentro de este tipo de establecimientos y por lo cual nosotros estamos pidiendo que se regularicen o no se les permita que se pongan”, denunció.
Por otra parte, están las llamadas dark kitchen, es decir, aquellos que operan cocinas sin establecimiento fijo y todo lo movilizan a través de las redes sociales, pero que nadie sabe dónde están y de repente se piratean algunos productos de restaurantes famosos y no pagan impuestos.
La realidad, dijo el líder gastronómico, es que no hay una certeza, es una competencia desleal, y se calcula que de las plataformas digitales un 20% son este tipo de negocios cerrados al público y solo se dedican a vender sin pagar nada, contra un restaurante que tiene que pasar por trámites para poder operar.
“Con la venta de las dark kitchens en los restaurantes debemos andar con una fuga de un 15% aproximadamente. Al final del día es una fuga para nosotros, porque es una competencia desleal”, afirmó Villarreal Zapata.
En busca de encontrar una solución a esta problemática ya han solicitado desde hace tiempo al gobierno del estado que promueva la regularización y de esa manera proteger a las familias que trabajan en los restaurantes formales y en segundo término proteger la salud de los de los consumidores, porque se desconoce en qué condiciones están cocinando.
Cabe destacar que este año el sector se ha visto golpeado con la poca ocupación en restaurantes, por lo que este tipo de negocios los afectan aún más, porque ofrecen precios más bajos, precisamente porque no tienen que pagar todos los permisos que los restauranteros formales sí.
Edición: Mirna Abreu