Investigadores encontraron seis nuevas variedades de esponjas marinas en una cueva subacuática de la isla de Cozumel. El investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Fernando Calderón Gutiérrez, informó que estas especies se identificaron en un laboratorio a raíz de estos hallazgos en aguas de Quintana Roo.
Fernando Calderón, estudiante de Doctorado en la Universidad A&M de Texas en Galveston, señaló que en conjunto con el reconocido espeleobuzo Germán Yañez Mendoza, de Cozumel, realizaron exploraciones en una cueva anquihalina denominada La Quebrada, la cual tiene más de nueve kilómetros de longitud.
En esta cueva subacuática encontraron un total de 10 especies de esponjas, de las cuales seis resultaron ser nuevas; nunca antes habían sido reportadas, y se describen como una especie nueva y endémica. Se trata de la Calyx maya, Haliclona (Reniera) stygobia, haliclona (Halichoclona) chankanaabiis; Neosiphonia microtriaeneae, Svenzea germanyanezi y Diplastrella cozumella.
Fernando Calderón precisó que los trabajos de exploración iniciaron desde el 2015, y se recolectaron varias especies -no mayor a tres para no dañar a la población- las cuales se mantuvieron preservados en alcohol para su identificación en un laboratorio de la UNAM.
Destacó que el problema con las esponjas es que tienen “plasticidad morfológica”, lo que significa que puede verse de muchas formas y a diferencia del resto de las especies, las esponjas no tienen órganos definidos, por lo que la cantidad de estructuras que permite su identificación son pocas.
Una de las figuras en las que mayormente se identifican es el esqueleto, el cual está compuesto por una especie de “huesos” denominados espículas que miden 1.3 micrómetros -para tener una idea de su tamaño reducido, el cabello humano tiene un grosor de 50 micrómetros-, motivo por el que solo se pueden observar por medio de un microscopio electrónico.
Al comparar las formas variadas de sus espículas -que pueden ser en forma de palillo o piñatas incluso- los especialistas pueden identificar. “Y ahí pudimos verificar que no se trataba de especies identificadas”.
Por el tiempo limitado del estudio de las esponjas, los investigadores aún no conocen “la importancia ecológica de estas especies” y todos los descubrimiento son relativamente nuevos, pero se sabe con certeza de que se trata de especies únicas que no se hallan en cualquier lugar.
“Es una muestra más de la variedad de especies y de que hay muchísimas más que todavía no se conocen”, precisó.
Edición: Elsa Torres
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