Con servicios adicionales como la entrega a domicilio, las carnicerías han logrado sobrevivir aunque con una reducción de hasta 80 por ciento en sus ventas, que no precisamente es debido a la pandemia sino a las medidas de prevención instaladas por el Ayuntamiento y la Policía Quintana Roo, sumado a la apertura de grandes cadenas comerciales de productos cárnicos en la capital que han acaparado el mercado, informó Alberto Buenfil Mora, representante de los tablajeros en Chetumal.
Buenfil Mora labora en el mercado Lázaro Cárdenas, ubicado en la avenida Veracruz con CNC, calles que desde hace un mes se encuentran cerradas y con un filtro de ingreso a las personas, impidiendo el paso a vehículos. “Las personas no se estacionan y caminan, eso que ellos están haciendo están impidiendo el comercio local, los orillan a irse a un supermercado y desde que cerraron la avenida CNC nos ha afectado como no tiene idea, las ventas han bajado hasta en 80 por ciento”, indicó.
Dijo que no está en contra de las medidas implementadas para evitar el contagio por COVID-19, sin embargo consideró que debería permitirse el acceso a los vehículos para otorgar facilidades y que las personas lleguen a consumir.
“Nos vino a dar en la torre, en especial al mercado Lázaro Cárdenas, porque en los demás mercados si están comprando; la gente no camina, es la verdad, de cada diez personas yo creo que una sola lo hace, las otras se van al super u optan por el servicio a domicilio”, narró.
El tablajero indicó que esa disminución en sus ventas significa que de dos puercos diarios y media res que comerciaban diariamente, ahora se vende un cuarto de res hasta en tres días y solo medio puerco. “Nos están aplastando económicamente”, indicó.
Además acusó que el Ayuntamiento no respeta la propia normatividad, pues ha permitido la apertura de negocios de la misma denominación a los del mercado, aún cuando se debería prohibir su instalación en al menos 500 metros a la redonda.
“El gobierno municipal les ha dado los permisos para operar, eso nos da en toda la torre, es una competencia desleal”, dijo Alberto Buenfil, quien acusó que las administraciones municipales han sido omisas.
Afirmó que de los 46 tablajeros que hay en el mercado Lázaro Cárdenas, muchos se han endeudado para poder cubrir sus gastos diarios e incluso tres han tenido que cerrar de manera definitiva, puesto que “ya no sale”.
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