Monitorean impacto del calentamiento global en la península yucateca

Con más de 30 años de activismo en distintas organizaciones, Rubén Treviño Friederichsen, secretario de Cooperativa por un Ambiente Biodiverso y Sustentable Cambios, S.C. de R.L., emprendió una expedición por la península de Yucatán donde durante un mes visitó la reserva de Sian Ka´an, Celestún, Río Lagartos y Calakmul para hacer mediciones y registros del impacto del calentamiento global en la zona.

“Se vislumbra difícil el futuro de esta zona por el derretimiento de los polos, que es un proceso muy acelerado. Es grave lo que está sucediendo a nivel planetario. Tomamos muestras del PH y temperatura del océano y fotografías para detectar la diferencia en la elevación del mar. Seguramente vamos a ver cambios”, destacó.

En entrevista, destacó que en general están encontrando que no hay suficiente concentración de oxígeno en el agua del mar y las especies marinas están viéndose afectadas, pues la carencia de este gas les impide tener un desarrollo natural completo; “están padeciendo estas especies”.

Treviño Friederichsen, con formación en ingeniería química metalúrgica, explicó que hacen mediciones que puedan servir a los científicos y sean referencia para hacer comparativos en diferentes periodos de tiempo: “entre 5 y 10 años pueden apreciarse cambios más evidentes”.

El ambientalista acudió a Akumal invitado por Nancy de Rosa, quien tiene el campamento Tortuguero SAVE (Salvamento Akumal Vida Ecológica) desde hace 15 años. A este respecto, de Rosa mencionó que en esta temporada de anidación, que concluyó en noviembre, eclosionaron más de 62 mil tortuguitas, principalmente de dos especies: caguama y verde. 

Previó que cada año haya un mayor número de nidos, por lo cual necesitan más voluntarios para las labores de patrullaje y monitoreo. “Los rondines o patrullajes durante toda la noche son muy importantes, gracias a la voluntaria Isabel Guadalupe Lucero los mapaches no pudieron atacar a las tortuguitas recién nacidas, lo que hubiera sido una grave situación para la especie”, manifestó.

Los nidos, que contienen un promedio de 100 huevos cada uno, son marcados con estacas y para evitar su saqueo colocan rejillas metálicas.

Nancy de Rosa señaló que tienen varios inconvenientes para llevar a cabo su labor, una de ellas que los hoteles de la zona meten maquinaria pesada conocida como “mano de chango”, la cual está prohibido emplear en las playas donde anidan las tortugas marinas, pues compactan gravemente la arena. 

Por este tema ya han hecho las denuncias correspondientes ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y llamó de nuevo a la dependencia a revisar la NOM 162, que establece las especificaciones para la protección, recuperación y manejo de las poblaciones de las tortugas marinas en su hábitat de anidación.

“También falta regular el uso de focos o luces en la costa, porque la luz puede desorientar a las tortugas que anidan y a sus crías, este es un problema frecuente”, mencionó.

Edición: Ana Ordaz