Derechos Humanos de QRoo evidencia sistema penitenciario inequitativo

La comisión señala que en la evaluación se dejó ver una visión desigual y androcentrista
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán

A partir de diálogos, observación y testimonio, la Comisión de los Derechos Humanos del estado, elaboró el diagnóstico de la situación de las mujeres privadas de su libertad en Quintana Roo, el cual deja ver un sistema penitenciario inequitativo y desigual, con visión androcentrista -centrado en la atención a varones-, con problemas de hacinamiento, carencia de atención médica, alimentaria y sanitaria a diferencia de las áreas que tienen hombres. 

Dicho diagnóstico, publicado el 10 de diciembre pasado, fue elaborado bajo la coordinación de la Coordinadora del Instituto de Formación Especializada en Derechos Humanos, Isabela Boada Guglielmi y es el primer ejercicio para conocer las condiciones en las que se encuentran las mujeres privadas de su libertad en el estado. 

El presidente de la Comisión de los Derechos Humanos, Marco Antonio Toh Euán, precisa en la presentación del informe que éste fue necesario porque las Mujeres Privadas de la Libertad (MPL), son un grupo que se encuentra invisibilizado, pues apenas representan un seis por ciento en todo el país, pero además, “porque en los distintos espacios de interacción, se reproducen esquemas de subvaloración que son producto del orden social de género”.

En él destaca cómo las MPL no cuentan con espacios exclusivos en los centros de reclusión, sino que solo se generaron “anexos”, que fueron adaptados, lo cual apunta “evidencia la existencia de un sistema penitenciario diseñado bajo un enfoque andocentrista”, orientado a la atención y características de los hombres privados de su libertad.

El diagnóstico se realizó a partir de una encuesta aplicada a 97 mujeres de 18 a 60 años, con base a 42 instrumentos aplicados al 89 por ciento de las internas del Centro de Reinserción de Chetumal, y al 86 por ciento de las que se encuentran en el Cereso de Cancún. La encuesta estuvo conformada por un cuestionario de 108 reactivos que fueron respondidos de manera anónima. 

De las encuestadas, casi 70 por ciento está en un rango de edad de 18 a 39 años, siendo la mayoría mujeres jóvenes, lo que acota citando al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, es que la edad de estas mujeres, puede ser el reflejo de “un sistema económico que no les está ofreciendo oportunidades educativas y laborales”. A modo de conclusión, este estudio apunta que la situación de las las MPL, se “inserta en un contexto de discriminaciones”.

En él se identificaron diversas carencias que violentan de forma directa los derechos humanos y el goce de una vida digna. “Asimismo se observó que el sistema penitenciario reproduce desigualdades con base al orden social de género, produciéndose discriminaciones diferenciadas que intersectan con otras dimensiones como la situación económica, la edad, el color de piel, entre otras”.

Algunos aspectos que resalta este estudio es que al interior de los anexos, las MPL compran agua potable individual o en garrafones, a empresas que los comercializan o a otras reclusas que revenden a mayor costo o que 46 por ciento de las mujeres con enfermedades crónicas, no reciben un tratamiento médico, lo que resulta uno de los aspectos más graves al violarse el derecho a la salud.

A las mujeres privadas de la libertad les entregan alimentos crudos para dos comidas al día, y éstas deben resolver con implementos propios, como estufa, ollas, sartenes, aceite y agua para cocinarlos, a diferencia de los hombres, que sí les entregan alimentos cocinados. 

“Muchas de estas carencias son resueltas con apoyo de familiares, ingresos propios o apoyo de organizaciones de la sociedad civil (…) tres de cada diez mujeres respondieron que ellas o sus familiares tuvieron que pagar por acceder a servicios”, destaca el estudio.

Además, 16.49 por ciento de las mujeres encuestadas no cuenta con cama para dormir. En Cancún esta cifra alcanza hasta 25 por ciento, y muchas duermen en camas de piedra con colchonetas. Otro dato relevante es que 70 por ciento de las encuestadas refirió no haber recibido nunca artículos de higiene como jabón, champú o desodorante, ni mucho menos toallas sanitarias.

 

Edición: Laura Espejo


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