Se omitió en proyecto Malecón Cancún la existencia de manglares

Carlos Águila Arreola
La Jornada Maya

10 de Agosto de 2015


Cancún.

Alejandra Serrano Pavón, directora regional sureste del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), señalo que interpuso un amparo contra la autorización de impacto ambiental que la Semarnat otorgó al Fonatur, además de que el permiso para desmontar mangle en Malecón Tajamar debe invalidarse porque hubo información falsa.

En tanto, un ex funcionario de la Dirección de Desarrollo Urbano del ayuntamiento de Benito Juárez alertó sobre “la devastación que se viene” en el malecón San Buenaventura, dentro del área natural protegida Manglares de Nichupté, y que forma parte del proyecto Malecón Cancún, hoy Tajamar.

La activista ambiental refirió que para obtener la autorización expedida por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) presentó información falsa al omitir la existencia de manglares en la zona, de acuerdo con un análisis jurídico del Cemda.

El amparo se interpuso el 31 de julio contra la autorización que la Semarnat emitió el 28 de julio de 2005 en favor del proyecto que incluye oficinas, comercio, apartamentos y un hotel business: “La autorización debe invalidarse porque Fonatur presentó información falsa; omitieron la existencia del manglar y, por otro lado, señalan que de haberlo, carece de valor o no es representativo”, dijo la directora del Cemda.

Incluso, Serrano Pavón indicó que, en su momento, el gobierno de Quintana Roo –en la gestión de Félix Arturo González Canto– se opuso al proyecto mediante su Instituto de Impacto y Riesgo Ambiental (Inira), por la existencia de humedales.

En 2005, en el Proceso de Evaluación de Impacto Ambiental (PEIA) al proyecto Malecón Cancún, el gobierno estatal comunicó al director de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA-Semarnat), Ricardo Juárez Palacios, que “se negara la autorización porque afectaría 65 por ciento de cobertura vegetal, principalmente manglar”.

En ese contexto, Sergio Ignacio Pasos Moguel, ex director de Desarrollo Urbano de Benito Juárez, alertó sobre “la devastación que se viene en el malecón San Buenaventura, donde de acuerdo con información oficial del Fonatur, es parte de tres proyectos –los otros son El Table y Tajamar–, que son la joya inmobiliaria del destino: Malecón Cancún”.

Recordó que esos terrenos fueron puestos a la venta hace ocho años y que tienen, al igual que Tajamar, permisos de la Semarnat para proyectos de alta densidad, a pesar de que por estar en un área natural protegida “tiene unidades de gestión ambiental (UGA) 10, que consignan cero densidad”.

Eso no ha sido tomado en cuenta y actualmente el Fonatur ha comercializado más de 60 por ciento de los terrenos con el “gancho comercial” de la “alta densidad”: dos letreros anuncian “En venta terrenos de alta densidad”. Se trata de Zalia Residencial y Sahjil Residencial, cuyos desarrolladores tendrían que destruir más de 45 hectáreas de mangle para construir.

En ambos, la densidad es el tema: Zalia anuncia torres condominales de 20 niveles, sobre una superficie de 20 mil metros cuadrados de mangle, en “una zona privilegiada cercana a la laguna Nichupté”, lo mismo que Sahjil, donde habría edificios de 14 pisos en 25 mil metros cuadrados del mismo ecosistema.

La entrada al lugar se ubica sobre el bulevar Luis Donaldo Colosio –en sentido sur-norte, viniendo de Playa del Carmen–, a 300 metros de la división hacia el distribuidor vial y la avenida Bonampak, exactamente a un costado del exclusivo colegio Saint John’s.

Pasos Moguel dijo que en el caso de Tajamar y San Buenaventura se dieron claves nuevas de uso de suelo en Desarrollo Urbano durante el gobierno municipal del priísta Francisco Antonio Alor Quezada (2005-2008).

“Malecón San Buenaventura forma parte de la estructura turística inmobiliaria que desde hace 10 años ofrece el Fonatur, por lo que se presume que, al igual que Tajamar, tiene permisos en materia ambiental con vigencia de una década para construcción.”

El uso de suelo de la zona es de conservación ecológica porque es hábitat de distintas especies silvestres entre aves, mamíferos y reptiles debido a que el terreno está sobre marisma de zacate; es decir, terrenos bajos y hundidos, poblados por manglar.