"No dejen que se vendan o que se cobre por las tradiciones": Ek

Texto y foto: Joana Maldonado
La Jornada Maya

Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo
Miércoles 22 de agosto, 2018

“El mismo hombre arrodillará al propio hombre, se están cumpliendo las profecías”, relata un sacerdote maya. Y es que de acuerdo a su cosmovisión, los mayas consideran que el surgimiento de los fenómenos naturales que causan afectaciones es consecuencia del mal comportamiento de los seres humanos y de la violencia que se ha desatado en el estado, pero además, es él mismo hombre, que al criminalizar la medicina tradicional, ha obligado a los mayas a olvidar sus tradiciones, que las nuevas generaciones no se interesen en continuarlas y se encuentran en riesgo de desaparecer.

Juan Witzil es el sacerdote de la comunidad de X-Yatil, en el municipio de Felipe Carrillo Puerto. Precisa que es importante que hayan acuerdos entre el gobierno y quienes “hacen el mal”, porque éstos deben saber que lo están causando.

“Sí, porque matan personas y hacen sequía, hay temblores e inundaciones. Para que se domine el mal debe intervenir Dios, para que esto cambie (...) nos estamos atrasando, el problema ya está aquí y no estamos haciendo nada, los tiempos son difíciles ya se están acercando”, consideró el sacerdote.

Witzil sostiene que mucha gente tiene fe en la justicia y en lo que hace la iglesia y “más de la mitad creen que por la maldad pasa lo que pasa, la sequía, las inundaciones, huracanes”. La solución, sostiene, es que la humanidad se unifique para hacer el bien.

“A lo mejor no logremos convencer a la gente mala, pero podemos cambiar nuestra actitud y muchas personas pueden practicar y aprender. Sino, las cosas empeorarán, los cambios son peores cada día, hay enfermedades, creo que nos hemos atrasado, y nos vamos perdiendo en malas decisiones. El camino es Dios”, comenta Juan Witzil.

El sacerdote cree que el dogma ancestral de los mayas debe extenderse para generar paz en los pueblos. “Al hacer nuestras oraciones miramos que las cosas no están bien, pero estamos aquí, haciendo lo que queremos hacer, los dioses mayas quieren que todos estemos bien, si no queremos obedecer y hacer las cosas bien no van a ayudar”, mencionó.

[b]Pierden interés nuevas generaciones[/b]

Añadió que las enfermedades a las que hoy nos enfrentamos son a causa de los robos y asesinatos. Y en suma, a los nativos mayas se les ha impedido curar con medicina tradicional luego de habérseles criminalizado.

“Hace 65 años, cuando yo era niño, no habían enfermedades, habían personas de hasta 120 años con mucha fuerza. Nosotros somos de la tierra y de ahí mismo vienen las medicinas para curarnos, pero lo que pasa es que hubo un tiempo en el que si alguien curaba a alguien con raíces y si se muere esa persona, se acusaba de asesinato, así fuimos dejando nuestras tradiciones, y la gente empezó a tener miedo”, contó.

Como ejemplo, Juan Witzil mencionó que recientemente la Secretaría de Salud colocó cloro al pozo en el que se extrae el agua para consumo y eso ha traído enfermedades a las personas.

“El mismo hombre arrodillará al propio hombre, eso está pasando, en lugar de que lo ayude, el mismo hombre lo enferma, es lo difícil de estos tiempos. Los sacerdotes prevenían huracanes y decimos a Dios: lo aceptamos si viene de ti. Se hacía la misa maya y con eso ya no pasaba a más. Era muy leve, pero perdimos lo natural, nuestra forma de ser original”, compartió.

Actualmente muchos jóvenes estudiantes, incluso extranjeros, han hecho estadías para conocer las oraciones, medicinas y tradiciones mayas, pero no las nuevas generaciones. “A nuestros nietos yo les digo cómo hacerlo, pero por el estudio y la política del gobierno no podemos obligarlos, sólo se los mostramos”, aseguró.

[b]"La cultura se echó a perder porque nos empezaron a pagar"[/b]

En Tixcacal de Guardia, municipio de Felipe Carrillo Puerto, uno de los centros ceremoniales mayas, se encuentra el sacerdote Isidro Ek Cab, quien asegura que el pueblo que ha heredado las tradiciones solo reconoce los centros ceremoniales de Santa Cruz, Chankah Veracruz, Chumpón, Tulum y San Antonio, pero que desde hace años las tradiciones se han quebrantado por el cobro que realizan.

Como parte de su misticismo, cuenta que formó este centro ceremonial al que se han sumado 58 personas que mantienen las tradiciones.

“Si ellos se mueven, nosotros terminaríamos. Por eso te digo que cuando yo me quedé como sacerdote, formé este lugar. El que quiera venir puede venir voluntariamente. Estoy en mi camino, el poder que tenga lo hago, lo que puedo hacer, lo que miro que puedo hacer, eso hago, pero también pasó algo, se echó a perder cuando nos empezaron a pagar, entonces, muchos lo hacen por dinero y no por creencia o por su fe”.

Como patrón o sacerdote maya, afirmó que lo que subsiste, es lo que dejaron los antiguos, pero que se ha demeritado por el pago, ya sea de gobierno o particulares. “No hay otro trabajo, que no nos confundan (...) Lo ideal es que sigamos haciendo lo que hacemos (...). Casi estoy solo, los jóvenes no hacen lo que deben hacer, pero estoy yo todavía. Desde que yo crecí nos educaron bien, nosotros no nos podíamos burlar de nuestros propios hermanos, teníamos buena educación”, sostuvo.

“El patrón no cobra nada, porque sus tradiciones no se cobra, porque es un trabajo voluntario que dignifica y fortalece las costumbres y la comunidad”. El sacerdote maya, lamentó que “una parte de la gente se haya vendido”.

“Son nuestras costumbres, no tiene nada que ver con el gobierno, eso no es tradición. Nosotros no queremos que se pierdan las tradiciones y los rezos, el trabajo que se hace en el centro ceremonial y todo el trabajo que hacía mi papá. Queremos conservar el rezo para seguir pidiendo”, agregó el hijo de Isidro, Pedro Ek.

Aseguró que existen otros centros ceremoniales, en donde sin convicción e incluso desconociendo cómo se reza, cobran por servicios como bautizos y bodas.

[b]No dejen que se vendan las tradiciones[/b]

Pedro Ek solicitó al gobierno, “no dejar que se vendan las tradiciones o se cobre por ellas, porque lo que se hace en los centros, en la tradición no tiene que ver el gobierno, es de los mayas”.