La Jornada Maya
Playa del Carmen, Quintana Roo
Domingo 21 de julio, 2019
Los aterrizajes y despegues del helicóptero de la Fuerza Aérea Mexicana son una postal inusual para doña Ponciana y sus hijos, a quienes lleva diariamente a esperar la aeronave y ver cómo bajan los brigadistas.
La familia vive al sur de la población de Muyil y cada día, desde hace una semana, aproximadamente a las 15:30 horas, se acerca al campo de la comunidad, donde aterriza el helicóptero y deja a los combatientes en los incendios; “ya viene, ya viene”, gritan los 6 pequeños al escuchar el sonido de las hélices y aunque al aterrizaje el vehículo levanta una gran polvareda que los “empaniza” ellos sonríen divertidos.
Saludan a lo lejos a los brigadistas, quienes les regresan el saludo. Son tres viajes los que hace la aeronave en un periodo de una hora aproximadamente, tras ello, Ponciana y sus hijos emprenden el retorno a casa.
Miguel Ángel Luna era un trabajador de la estructura al momento del hecho de hace más de un mes
Efe
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