La maternidad no es el proyecto de vida de muchas mujeres: Irma Ortiz

Joana Maldonado
La Jornada Maya

Chetumal, Quintana Roo
Viernes 10 de mayo, 2019

Orgullosa y sonriente, doña Irma está próxima a cumplir 60 años. A diferencia de lo que se cree, ella no está ni frustrada ni tampoco se siente sola por no haber sido madre o estar casada, y asegura que cuenta con una familia numerosa que la hace feliz y que su presencia constante llena cualquier espacio.

Pese a no ser madre, Irma Ortíz Yeladaqui muestra un sentido maternal con quienes le rodean. Amigos, vecinos y compañeros de trabajo la conocen por su carácter noble y solidario.

Actualmente, doña Irma vive en compañía del menor de sus 10 hermanos. Es miembro de una de las familias más conocidas y de mayor tradición de Chetumal, es la sexta de 10 hermanos, cinco hombres y cinco mujeres.

“Dios no me dio la dicha de ser madre, pero ni me amargó ni nada, al contrario, soy súper feliz, tengo una familia grandísima, tengo 10 hermanos, 16 sobrinos nietos y como 19 sobrinos, y eso me llena enormemente, vivo para mis sobrinos”, cuenta doña Irma.

La mujer trabaja en la administración pública y está próxima a jubilarse, y aunque es recurrente que en la sociedad se crea que las mujeres nacen prácticamente para ser madres o de lo contrario “no se sienten realizadas”, a doña Irma eso le despreocupa, pues el hecho de no estar casada o ser madre, no le provoca ningún sentimiento opuesto.

Su último sobrino nieto recién cumplió un mes de nacido, y vivir de cerca la experiencia de maternidad de sus sobrinas y hermanas principalmente, ha llenado su existencia.

Añade que casarse y tener hijos tampoco fue el proyecto de vida que en algún momento planeó en su juventud porque hubo una experiencia frustrante que la marcó de por vida.

“A partir de mi experiencia me fui yendo por la vida, sin necesidad de sufrir o decir ‘¡ay, ya me estoy quedando soltera! El 19 (de mayo) ya cumplo 60, es impresionante, pero nunca pensé como prioridad ser madre, nunca me quitó el sueño, llené ese huequito con otras cosas como mi familia, por algo Dios no me hizo para el matrimonio o tener hijos”, señala.

En el transcurso de su vida, doña Irma tampoco ha considerado la idea de adoptar o embarazarse, y cuenta que conoce mujeres que aún sin casarse tuvieron hijos para “no estar solas”.

“Hay otras cosas para llenar esos vacíos, aunque sí es importante que a quienes conozco que han tenido hijos por ese motivo es porque no tienen una familia numerosa ni unida como la mía”, señala.

Sabe que en Chetumal, una ciudad pequeña y tradicionalista, los prejuicios son mayores sobre aquellas mujeres que no se casan, pero asegura que ella no ha sido víctima ni se ha dicho nada sobre su vida personal; por el contrario, ha sido apoyada y querida por su círculo de familia y amigos.