Artesanos de QRoo celebran declaratoria de sus bordados como patrimonio cultural

Los artesanos de Quintana Roo recibieron una noticia para celebrar este Día del Artesano (que se conmemora cada 19 de marzo): el Congreso del estado declaró patrimonio cultural intangible los motivos, símbolos y elementos de la cosmogonía maya contenidos en los bordados de las comunidades originarias de la entidad.

El objetivo de esta declaratoria, aprobada por los diputados el pasado 16 de marzo, es promover las acciones necesarias para garantizar la protección, salvaguarda y el desarrollo del patrimonio cultural y la propiedad intelectual colectiva, conforme a la Ley Federal de Protección del Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas, y demás leyes aplicables en la materia.

Ante ello, bordadoras de la zona maya se congratularon por la noticia, pero aclararon que esperan que el nombramiento no sólo se quede en el papel sino que realmente se realicen acciones para su apoyo y defensa.

Magaly Pech, quien dirige una organización de bordadoras mayas en X-Pichil, municipio de Felipe Carrillo Puerto, dijo que es significativo que se le dé renombre a esta tradición que implica una importante representación en la cultura maya ancestral y que aún prevalece viva.

Sin embargo, señaló que esperan que este decreto sea favorable para las cientos de mujeres que se dedican a esta invaluable labor que se ha heredado de generaciones en generaciones: “sólo pido que se haga lo justo y que realmente las personas que estamos en las comunidades seamos las beneficiadas”.

Por su parte, las hermanas Wilma y Eulogia Chooc Hau, de la comunidad de Cobá, en Tulum, expresaron sus experiencias sobre los bordados y las palabras mayas xook chuy y chuy cab, con las cuales se definen estos trabajos. Indicaron que todo proviene de la herencia de sus abuelas y ellas con 37 y 34 años de edad, respectivamente, siguen empleando esta tradición cultural.

“Hemos heredado las enseñanzas de las abuelas con sus bordados en obras como los representativos huipiles. La historia que viene atrás del hilo contado (xook chuy) de los bordados proviene de la naturaleza, específicamente de la serpiente cascabel, que tiene esa similitud de físico y colores, y de allá se deriva un ejemplo del bordado, aunque el bordado es muy diverso por su puntadas y colores, pero sobresalen los xook chuy, que son piezas para salir, mostrar en fiestas y momentos especiales y chuy cab, más doméstica y cotidiana”, expresó Wilma.

También contó que la historia de esta indumentaria ha tenido una mutación, dado que antes se hacía con otras fibras orgánicas o vegetales como el henequén o sisal. Asimismo, apuntó que en los tiempos contemporáneos hacer esta tradicional vestimenta puede costar entre los 250 a 300 pesos más el tiempo que le dedican, que va de uno a siete meses, dependiendo de las técnicas para su elaboración, así como la combinación de los colores.

Por su parte, Eulogia indicó que hay una variedad de telas para hacer los huipiles, desde colores bajos como rosado, azul y verde, así como el tradicional blanco, además de que hacen diferentes prendas como blusas y faldas.

“Vestirlo y portarlo es un orgullo, nos identifica, es inigualable, eres maya totalmente, cuando te ven ya saben de dónde eres y te das a conocer a través de los bordados tanto social como la religión católica, porque si las abuelas portaban los huipiles bordados era una manera de demostrar la religión”, añadió.

También comentó que elaborar los huipiles es un trabajo digno y hasta de distinción invalorable, porque no todas las mujeres pueden hacer esta pieza, que las convierte en profesionales en un oficio ancestral donde deben tener la habilidad de combinar colores y formas, entre las que destacan principalmente las flores.

Edición: Emilio Gómez