La Asociación Nacional de Abogados de Empresa (Anade) ofrece capacitación y enfoque en prevención para que las empresas tengan mejores recursos para enfrentar cualquier situación legal de impacto, señaló Estrella Alejandra Ríos Pérez en un evento llevado a cabo en Cancún.
“Voluntariamente, y esto es muy importante, nosotros nos sometemos a un código de ética y a cumplir con cierta cantidad de horas de capacitación continua, si nosotros no cumplimos con esos requisitos el colegio nos saca, de esta manera nos autoexigimos para prestar mejores servicios a las empresas”, compartió Ríos Pérez.
Desafortunadamente, dijo, se dan muchos casos de empresarios que se meten en problemas legales por una asesoría precaria, algo que han identificado mucho en el sector inmobiliario y también se dan situaciones en las que si una empresa no está en cumplimiento, quiebra en un aproximado de tres años.
Es decir, la vida promedio de una empresa es de más o menos tres años, eso lo tienen comprobado con clientes, quienes previamente tuvieron una asesoría precaria o nula, algo muy común entre los emprendedores, quienes omiten asesorarse correctamente.
“Es una realidad y ¿qué tan común es?, pues bueno, el tener una empresa es como tener un hijo, entonces hay que tener no solamente el contador, tienes que cumplir con un marco jurídico bastante complejo. Yo siempre digo que ser empresario es como practicar un deporte de alto riesgo, porque nuestro marco jurídico mexicano es complejo, entonces hay que cumplir con muchas leyes y muchas normas y eso implica una serie de asesores, porque pretender que un solo abogado te pueda resolver todo, también es una mala práctica”, aseveró.
Lamentablemente en México, dijo, no existe la cultura de la prevención y hay un gran porcentaje de empresarios que hasta que están en el problema se acercan con los abogados, cuando lo ideal es que lo hagan antes. Respecto al tema inmobiliario, acotó, hay muchos casos en los que de manera no intencionada se llegó a una situación en donde no pueden escriturar a sus compradores y se podría encuadrar un fraude.
Además, al destino llegan muchos empresarios extranjeros que no entienden el marco jurídico para poder llevar a cabo un desarrollo o una construcción adecuada en el sector inmobiliario, se generan muchos riesgos y el inversionista pierde mucho dinero por esta mala asesoría, por ello no existe un buen retorno de inversión, porque hubo una mala planeación.
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