Medicina alópata nos quita la responsabilidad de nuestra propia salud: especialista

Una de las consecuencias de la medicina alópata es que nos quita la responsabilidad de nuestra salud; el uso de la herbolaria implica mucho esa consciencia sobre qué nos genera reacciones, sostiene María Cristina Montejo Briceño, sicóloga y Maestra en Salud Pública de Quintana Roo, quien se ha especializado en Herbolaria para la salud mental.

“Nos hemos separado tanto de nuestro cuerpo que nos damos cuenta hasta que ya está el dolor, y no por ejemplo cuando hubo una molestia, cuando apretábamos la mandíbula o del dolor en el cuello, síntomas tempranos de  ansiedad. En ese nivel puede resolverse con las plantas, pero cuando alcanzamos un nivel de pánico ya viene otra etapa de atención”, asegura.

Su mamá y abuela son mujeres mayahablantes y usuarias de plantas medicinales; no fue sino hasta su paso por la Universidad Intercultural Maya en donde se desempeñó como docente cuando, en contacto con otras mujeres, Montejo Briceño terminó afianzando lo que había aprendido en familia.

La especialista empezó a usar las plantas medicinales para tratar su propia ansiedad y cansancio crónico; a partir de ahí sistematizó el conocimiento para compartirlo, por lo que durante julio y agosto impartirá –mediante el colectivo Xitil– un taller virtual en donde aborda la neuropsicología, salud mental intercultural; plantas para la salud mental y su preparación y dosificación. 

Montejo Briceño aclara que el uso de plantas para tratar la salud mental no elimina los servicios que brinda un sicólogo o siquiatra, sino más bien es una manera de trabajar con lo que se tiene a la mano. Para la Maestra en Salud Pública, las plantas pueden hacer una función poderosa para hacernos sentir mejor de una manera accesible y segura.

Sin embargo, acota que las plantas funcionan de manera distinta: una de las diferencias fundamentales entre el uso de plantas y medicamentos es que de todas las sustancias que tiene una planta, la medicina aisló una sola con un efecto particular. Las plantas, por otro lado, tienen muchísimos componentes que interactúan entre sí, y ciertas personas son más sensibles a algunas sustancias.

Como ejemplo, la cúrcuma es una de las plantas antidepresivas por excelencia que se ha utilizado por muchísimo tiempo; cuando se trabaja en salud mental, hay otras combinaciones que la hacen mucho más eficiente para resaltar esas propiedades. 

Destaca que las plantas pueden ser una herramienta importante, por lo que países como Cuba han cimentado en gran medida su sistema de salud en las plantas y México es uno de los más ricos en medicina tradicional y en particular la península de Yucatán con la medicina tradicional maya. 

Generaciones jóvenes

 Si bien dice, hay un repunte en el uso de la medicina natural, sobre todo de las personas que quieren vincularse con la naturaleza, también lo ha limitado.

“Las personas piensan que no saben, pero son cosas que hacemos cotidianas. En México hay una gran cantidad de personas que lo hacen sin ser conscientes de que lo hacen, además hay una pérdida de las generaciones jóvenes que la están dejando de lado pese a la importancia que tienen”, sostiene Montejo Briceño. 

Dice tener confianza en que repunte el uso y conocimiento y que las personas, aunque sea a partir de la necesidad económica, retornen a las plantas, pues ello puede ser más beneficioso para la salud que tomar muchos medicamentos.

Edición: Enrique Álvarez