En los últimos meses ha habido varios cambios en los mecanismos de recolección de basura en Cancún, lo que ha afectado no sólo a la población, sino a pequeños empresarios dedicados a la compra y venta de materiales reciclables, incluso a los mismos pepenadores, que cada vez tienen que recorrer más calles y por más tiempo para “cobrar el día”.
Antes de que se cerrara el acceso a los pepenadores al relleno sanitario municipal, podían reunir hasta mil pesos tras algunas horas de trabajo; hoy tienen que hacer hasta dos o tres “turnos” y aún así es cada vez más difícil juntar esa cifra.
“La situación cambió bastante, porque ya no hay tantos pepenadores, el material que antes llegaba ahora prácticamente es nulo, llega más de casas que de la misma gente que vive de pepenar”, lamentó Oscar de la Mora, quien trabaja en una recicladora en Cancún.
La realidad, dijo, es que desde que se cerraron las puertas en el relleno sanitario detuvieron prácticamente a todos los pepenadores, porque incluso les ofrecieron trabajo, pero no ganarían ni la mitad de lo que reunirían pepenando, por lo que muy pocos aceptaron el trabajo.
“Antes era menos monopolizado, la gente traía con más frecuencia la chatarra, pero a raíz de que tuvieron más control optaron por venir menos. Eso de alguna u otra forma nos impacta a todos los chatarreros”, indicó Alberto Méndez, quien trabaja en una chatarrera de Cancún.
Incluso mencionó que los “reciclatones”, implementados por el gobierno municipal, también han tenido un impacto tanto en las empresas chatarreras como en los mismos pepenadores, porque cada vez más familias deciden llevar esos productos al Reciclatón, cuando antes lo dejaban en las calles y los pepenadores podían recolectarlos.
“Es algo bueno para la ciudad, para el ambiente, pero lo cierto es que sí nos impacta. De alguna u otra forma es una cadenita que nos va cerrando los espacios en cuanto a la compra y venta de este tipo de materiales”, concluyó Méndez.
Oscar de la Mora coincidió con Alberto al señalar que cada vez hay más conciencia por parte de la ciudadanía, incluso aquellos que no van al Reciclatón aprovechan para vender directamente sus residuos reciclables en empresas como la que él trabaja, pero que en definitiva impacta en las ganancias de los pepenadores, porque tienen que recorrer no sólo más calles, sino más regiones, para llenar sus carritos o triciclos y poder sacar su día.
Edición: Laura Espejo
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