Dragados y rellenos propician contaminación

Carlos Águila Arreola
La Jornada Maya

27 de Agosto de 2015

Cancún.

De acuerdo con Christine Elizabeth McCoy Cador, investigadora de la Universidad del Caribe, “Cancún es una ciudad moribunda.” Y es que la urbe tiene una tasa de deforestación de 77 por ciento en selvas, 64 por ciento en dunas y 68 por ciento en humedales. La especialista, también catedrática en ciencias sociales, economía y negocios, acusó que, a lo largo de los 45 años de vida de la urbe, intereses personales de gobernantes, empresarios, cadenas hoteleras, nacionales e internacionales, rompieron las condiciones indispensables para el desarrollo urbano armónico y sustentable de Cancún

El Fondo Nacional del Turismo (Fonatur) visualizó a la Zona Hotelera como exclusivamente turística, sin residencias permanentes, “pero actualmente se ven torres de condominios y conjuntos residenciales, y se pretende autorizar más, contra lo dispuesto en el nuevo Programa de Desarrollo Urbano (PDU)”.

En su investigación “Propuesta para recuperar la perspectiva de destino turístico sustentable con base en el análisis de su desempeño y evolución: caso Cancún”, indica que los PDU de 1993 y 2005 “buscaron controlar el desorden del destino, pero no lo lograron”. En cuanto al Plan 2014-2030, que pretende lo mismo, vaticina que “correrá la misma suerte si no se toman medidas; tras sólo seis meses de vida, ya hay inversionistas solicitando permisos para alterarlo y construir sus proyectos”, explica.

La investigadora sostiene que en Cancún se ha dejado de lado una de las primeras condiciones originales del modelo: el ordenamiento del medio urbano en concordancia con el medio físico natural, y “se han construido torres de más de 20 pisos en una zona de huracanes, se ha devastado manglar; una protección contra esos fenómenos”.

Además, el destino va como los cangrejos: hacia atrás: se construyó sobre la duna, lo que ha provocado la erosión de playas al paso de los años, y se ha rellenado la laguna Nichupté bloqueando el intercambio natural con el mar, generando zonas de alta contaminación.

“Cancún, de exclusivo y casi inaccesible al turismo nacional, se volvió ‘chartero’ y ‘paquetero’, pues el aumento del número de turistas no se ve reflejado en la derrama económica hacia la sociedad”, refirió la catedrática en su tesis doctoral, y añadió que “83 por ciento viaja con paquete todo incluido, modelo que genera poco gasto”.

La especialista alerta sobre la delicada situación en materia ambiental, al citar el caso del Sistema Lagunar Nichupté (SLN), que concentra la posiblemente mayor densidad hotelera del país, con alrededor de 200 inmuebles a lo largo de los 23 kilómetros del bulevar Kukulcán.

“Hay una disminución de la fauna que usa la zona de manglares para el alevinaje –periodo entre el nacimiento o eclosión de peces, y el momento de alcanzar siete centímetros de longitud–, debido a la pérdida de cobertura. A esto se suma la contaminación por las descargas residuales y la baja capacidad de intercambio de la laguna Bojórquez, provocada por dragados y rellenos de canales que permitían el intercambio de agua con el mar, lo que ha generado la eutroficación lacustre con aparición de algas y maleza”,Concluyo.