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Feminicidio en Celestún origina movimiento feminista en la localidad

Activistas señalan que no existe apoyo por parte de las autoridades
Foto: Katia Rejón

A dos años del primer feminicidio de Celestún, las mujeres de esta localidad yucateca se han organizado para crear una red de apoyo feminista. Luna y Sam Euan dicen en entrevista que siempre han vivido de cerca la violencia que sufren sus compañeras, vecinas y amigas. Eso, aunado a que no existe apoyo por parte de las autoridades que, de acuerdo con las entrevistadas, están desajenadas del pueblo, las motiva. 

Un día antes del 8 de marzo pasado, Leydi Santana envió un mensaje a varias compañeras para proponer la primera marcha feminista a la que acudió la madre de Anabel, una mujer que fue asesinada por su esposo en mayo del 2019 y que era conocida por muchas de las organizadoras. 

Pensaron que nadie asistiría a la manifestación que convocaron de último minuto pero llegaron alrededor de 60 mujeres, sobre todo jóvenes.

“Ana fue mi amiga. Cuando empecé a notar que algo andaba mal con ella es cuando intenté ayudarla. No pudimos hacer más, quizá del miedo que tenía. Pero creo que es una de las cosas que nos motivan, hacer algo en su nombre”, explica Irma Villanueva quien fue amiga de Anabel durante ocho años antes de su asesinato. 

El feminicidio de Ana fue un precedente para que las mujeres comenzaran a hablar de sus violencias. Irma cuenta que el día que se enteraron de su asesinato, compartió la imagen del violentómetro en sus redes y comenzó a recibir mensajes de chicas desconocidas que le contaban sus experiencias. 

Ahora buscan crear una red de apoyo entre mujeres, aprender e informarse para compartirlo y cuidarse entre ellas.

“Cada una tiene una profesión y es muy bonito que haya un grupo. Nos sentimos respaldadas, no estamos solas ni como madres ni como mujeres. Que se endurezca esa sororidad y que cada día seamos más”, dice Luna Euan.

En el grupo hay fotógrafas, bailarinas, maestras, doctoras, abogadas, estudiantes y psicólogas. También han hecho talleres de baile, grupos de escucha y reuniones sólo para tomar café. Han comenzado círculos de terapia con la sicóloga y el 8 de mayo pasado invitaron a Rosa Elena Cruz Pech, fundadora de UADY Sin Acoso, para dar una charla sobre violencia de género. 

Durante la plática, las participantes de Celestún contaron experiencias cercanas con la violencia física, psicológica y económica que se vive en la localidad. 

“[La manifestación] se dio a último momento pero funcionó y a partir de eso, nos sentimos más conectadas y acompañadas. Tenemos el valor y la fuerza para hablar, expresarnos, decir lo que nos pasa y estar en confianza. A pesar de que no nos conozcamos, nos sentimos unidas”, agrega Leydi.


Edición: Laura Espejo