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Además de agresiones de su ex pareja, Melissa enfrenta ''calvario'' al denunciar

Hay insensibilidad en Fiscalía y Centro de Justicia para las Mujeres, señala víctima
Foto: Melisa Novelo

Melissa Novelo Loeza acusa: no sólo fue agredida y violentada por su ex pareja, sino por las dependencias e instituciones yucatecas.

 “La ley, la Fiscalía, no toma en cuenta las consecuencias emocionales y sicológicas que tienes, porque no sólo vives con la agresión sino con el calvario legal, el temor por tu vida… el sistema es burocrático, lento; tienes que buscar cómo sobrevivir en lo que éste avanza, es un agotamiento y desgaste que empeora el trauma que acabas de vivir“, manifestó. 

Según relató, intentó poner una denuncia ante la Fiscalía General del Yucatán (FGE); por temor a que su vida peligre nuevamente debido a la violencia ejercida por L. A. G. R.

De acuerdo con el reciente informe de los colectivos Frente por los Derechos de las Mujeres en Yucatán y Yucatán Feminicida, de 2008 a la fecha se han documentado 79 feminicidios en la entidad, de estos, 26 se han presentado durante la actual administración. Se han efectuado más de 6 mil 600 denuncias por violencia sexual; de cada 100 casos de violencia de género, sólo se registra el 1 por ciento de manera oficial. 

Además, desde 2018, en el estado se han otorgado 3 mil 456 órdenes de protección por violencia machista; de esta cifra al menos mil 499 han sido de emergencia. De marzo de 2018 a septiembre de 2021 se registraron 63 mil 919 llamadas al 911 por emergencias relacionadas con violencia machista; es decir, 50.8 cada día. 

En entrevista para La Jornada Maya, Melissa relató que viajó a Playa del Carmen el pasado 29 de noviembre, por motivo del cumpleaños de su pareja; durante la estancia tuvo varios problemas con esta persona, quien llevaba un tiempo sin consumir mariguana, por lo que se le notaba muy ansioso y de mal humor, según comenta.

Al día siguiente, en la noche, fueron a algunos bares y vio que estuvo conviviendo con otras personas, sospecha que ingirió ciertas sustancias; luego discutieron. L. A. G. R la dejó en la Quinta Avenida y se llevó sus cosas. Ella, como pudo, regresó al hotel y empezaron a discutir otra vez, en ese momento él la tomó del cabello, la tiró en la cama e intentó asfixiarla por primera vez con una almohada. Cabe mencionar que el sujeto practica jiu jitsu y es de complexión gruesa.

Posteriormente, ella cayó al piso y él intentó de nuevo asfixiarla, con una toalla, y una tercera vez con sus propias manos; después de mucho forcejeo él cedió un poco y ella consiguió liberarse, alejarse y suplicarle por su vida.

Él le dijo que se acostara y no hiciera ruido. Pasaron unas horas, esperó a que él se durmiera y salió de la habitación con su ropa y su perra e intentó tomar las llaves de su auto para sacar sus pertenencias, pero él se despertó y volvieron a discutir en un área común del hotel; hasta que un vigilante abrió la puerta y pudo salir para dirigirse al auto, donde sólo consiguió sacar su computadora. Cruzó la calle y ahí el sujeto la alcanzó y forcejeó con ella enfrente del hotel, pero logró huir sola con su perra.

Luego acudió a la Fiscalía de Quintana Roo para interponer su denuncia y obtener apoyo para recuperar su celular y demás cosas. El personal médico no la revisó, sólo le tomaron fotos. Después de varias horas consiguió una orden de restricción y regresó al hotel con oficiales de la policía, pero el agresor se había retirado del lugar una hora antes. Ya en Mérida, el sujeto apareció en la casa de sus padres y le entregó sus cosas.


Vulneraciones de dependencias

Melissa decidió acudir a la FGE de Yucatán para interponer una denuncia en contra de su pareja y una orden de restricción, pues tenía miedo de que se volviera aparecer y atentara contra su vida; sin embargo ahí le dijeron que no era el lugar indicado, que debía acudir al Centro de Justicia para las Mujeres.

Ya ahí, prosiguió, personal médico la atendió y se le practicó una valoración sicológica también. No obstante, añadió, al momento de poner su denuncia se topó con una falta de empatía de todos los funcionarios; además de minimizar los hechos, no escucharon su versión completa. “Ni siquiera terminaba de contar cuando una chica me dice… sí, pero ¿qué quieres denunciar?”, indicó.

La persona, una mujer, le dijo que no podía denunciar el mismo delito dos veces, pues ya había interpuesto una denuncia en Quintana Roo.

Melissa señaló que la persona denunciada también vive en Mérida y tenía miedo de que le hiciera algo; entonces debe haber algo que se pueda hacer, expuso.

“No sabes qué hacer, esperas una orientación, empatía, que te escuchen y que si te están viendo físicamente que te crean, aún viendo cicatrices, y que pudieran haber ido con el médico y pedir le informen, es nulo, no hay interés”, expresó. 

“Me estás diciendo que tengo que rogarle a Dios a que si viene y me vuelve agredir, no logre matarme, para que así pueda denunciarlo”, agregó.

“Estás en estado de shock, con todas las preocupaciones, temes por tu vida, y no te dicen nada; ustedes son las personas capacitadas, esa es su función, pero no me orientas, no me brindas ayuda, y no me dices”, añadió.

Entonces, al no poder proceder, pidió que por lo menos le dieran medidas de protección, de restricción, pero le dijeron que esto le correspondía al Juzgado Familiar; no le explicaron las razones ni le ofrecieron algún abogado de oficio.

“Irónicamente es un centro donde supuestamente está especializado en entender, empatizar y dar apoyo y ayuda a la mujer, y lo que menos recibí fue ayuda”, lamentó. 

Frustrada, con las manos vacías, sin poder denunciar y ni medidas para proteger su integridad y su vida, cuando su agresor acababa de ir a su casa, se retiró de la Fiscalía, refiere.

Al día siguiente, sola, acudió a los juzgados, pero le hicieron esperar dos horas, en ese lapso pudo conseguir unos abogados, les explicó su situación y entendió la realidad: “Sola no te hacen caso”

Los abogados le explicaron, que al vivir juntos, pudo haber denunciado otros delitos como violencia verbal, física, emocional, pero nada de esto se lo explicaron los anteriores funcionarios. “Pueden ayudarte, me estás viendo toda golpeada, pero no son empáticos”, reiteró.

Si bien, logró sus órdenes de protección en los juzgados, pero ahí le indicaron que esto se las debía proporcionar el Centro de Justicia para las Mujeres.

Por el caso, se integró la carpeta de investigación G8/003164/2021.

Edición: Laura Espejo