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Aumenta comercialización de artículos de defensa personal en Yucatán

La opción de “andar armadas” proporciona a mujeres una sensación de seguridad
Foto: Notimex

La inseguridad que las mujeres viven en Yucatán ha derivado en un incremento en la comercialización de artículos de defensa personal como tasers, gas pimienta, lámparas y alarmas. La situación incluso ha propiciado que algunas, temerosas por su integridad, decidan emprender pequeños negocios para dotar a sus amigas de estos artefactos.

Tal es el caso de Julia, quien tras un altercado con el chofer de una aplicación digital de transporte decidió que su mejor opción era “andar armada”. Luego de reponerse del susto, encontró en una publicación de Facebook la solución a su problema: un arma recargable que propina choques eléctricos.

“Desde el principio me hizo sentir más segura cuando la tenía en mi bolsa y caminaba por la calle” mencionó mientras sostiene entre sus dedos el artefacto. 

La nueva adquisición de Julia llamó rápidamente la atención de sus amistades, que también habían sido agredidas de una u otra forma, y en diversas ocasiones en la ciudad de Mérida. Esa misma tarde se puso en contacto con su proveedora para ordenar un pequeño lote de los aparatos a encargo de ellas.

Con 19 años recién cumplidos, Julia se convirtió en la distribuidora de estos artículos, ahora entre conocidas de su misma edad, y que pasaron por situaciones similares. La adquisición de los tasers -de 300 pesos- inquietó a las familias de las chicas. A ella le permiten andar con el suyo, pero no a todas sus amigas.

 

No tan fácil acceso

Y es que no es tan fácil como pudiera pensarse el hacerse de un taser en Mérida. A pesar de venderse en diversas presentaciones -lámparas, bastones, anillos- estos aparatos no suelen encontrarse en plazas comerciales u otras tiendas. Más bien su comercialización se limita al ámbito digital.

En ese sentido, otra opción eficaz para defenderse de un potencial agresor puede ser el uso de gas pimienta, el cual sí puede conseguirse en distribuidoras como Auto Zone, en donde el dependiente informó que la venta de artículos de defensa personal ha incrementado -por lo menos- 40 por ciento durante la pandemia. 

“Las que más lo compran son ellas, pero también vienen señores que se ve que son papás y lo compran para sus esposas e hijas”, comentó el empleado.

Ahí mismo ofrecen unos llaveros con alarma, que ostentan 120 decibeles audibles, es decir, al accionarse pueden escucharse a 183 metros de distancia. El gas pimienta que contiene “la fórmula más picosa permitida por la ley” puede adquirirse desde 149 pesos; mientras el costo de la alarma es de 199 pesos.

 

Leyes no los contemplan

En México, dispositivos como los tasers no están contemplados en el Código Penal, por lo que carecen de regulación. Incluso hay estados en donde portarlos puede derivar en una sanción si las autoridades determinan que su uso no fue producto de una causa justificada.

En el caso de Yucatán, el Código Penal en su artículo 162 señala como armas e instrumentos prohibidos “los que utilizados con tal carácter fueren peligrosos para la seguridad pública dada su gravedad dañosa, sean de las denominadas blancas, punzantes, cortantes, contundentes, manuales o arrojadizas”.

Lo anterior se traduce en que, en la entidad, como en otros estados, no se contempla el uso de tasers, así que las sanciones -de haberlas- se valorarían acorde a la situación y al juicio de las autoridades procuradoras de justicia.

Es importante señalar que quienes utilicen este u otros artefactos -como gas pimienta o bastones de seguridad- en defensa propia no están cometiendo ningún delito, aunque sí es recomendable que aprendan a manejarlo para que no se convierta en un “arma de doble filo” que pueda ser empleada en su contra.

 

Edición: Laura Espejo