Las pintas al monumento a Los Montejo, ubicado en la avenida Paseo de Montejo de Mérida, son el reflejo de que las mujeres en todo el país, incluso en lugares aparentemente muy tranquilos y conservadores como Yucatán, están hartas de sobrevivir a la violencia e impunidad que existe, lo cual ya se considera como algo normal, aseguró una vocera de la colectiva independiente Restauradoras con Glitter.
No obstante, opinaron, limpiar la estatua con tanta rapidez manda el mensaje de que “aquí no pasa nada..., que todo está bien, y es volver al campo de lo conocido y cómodo”.
“Muchos dicen que no es posible exigir respeto de esa forma, pero se exigió de muchas formas y no voltearon ni a ver, hoy se enojan y se desgarran las vestiduras, pero ya están pensando en el asunto, antes les daba lo mismo”, manifestaron.
Como parte de las protestas de este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, mujeres de Yucatán pintaron el polémico monumento a Los Montejo. Sin embargo, en menos de 24 horas, las autoridades municipales destinaron cuadrillas de limpieza para restaurar la estatua de los conquistadores.
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En entrevista exclusiva para La Jornada Maya, la agrupación conformada por mujeres dedicadas al estudio y conservación de las herencias culturales, y que se define como apartidista y autogestiva, opinó que los monumentos deberían permanecer pintados hasta que se concreten acciones que de verdad tengan un impacto en una mejora en las condiciones de vida de las mujeres, en el castigo a la violencia que con inadmisible frecuencia termina en asesinatos y en la administración de justicia con apoyo y sensibilidad hacia la víctima.
Sin embargo, indicaron que no han visto que eso suceda, y las demandas puestas en esos monumentos lo recuerdan cada día. “Retirarlas con toda rapidez es establecer que aquí no pasa nada, sólo corrigen la forma sin tocar el fondo”, enfatizaron.
Desde hace años, varias organizaciones, entre ellas Indignación, han señalado que el monumento de Los Montejo perpetúa el racismo y discriminación contra los pueblos mayas en Yucatán. No obstante, muchas personas que residen en la entidad han externado su rechazo por cómo quedó pintado.
¿Debería causar indignación este tipo estatuas de conquistadores?, se le preguntó a Restauradoras con Glitter.
“No podemos señalar qué debe y qué no debe causar indignación a las personas, pero ha habido muchas voces señalándolo, de algo deben estar al tanto. Hay muchas razones para valorar a los bienes culturales, su historia, a quién representan, su técnica, su belleza, habrá que preguntarse qué motivó a su colocación en 2010 y si la sociedad de Mérida encuentra que lo que quieren hoy es conmemorar a conquistadores”, respondieron.
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De acuerdo con la organización feminista, algunas autoridades pueden creer que el lugar de la mujer es la cocina, “que estará tranquila y segura si no sale y le hace caso a su marido”, que las mujeres que así se manifiestan deben ser castigadas y evitar que su pensamiento y actuar se difundan, que hay que procurar mantener todo como estaba, así estuviera mal.
“Es muy lamentable que se gaste dinero del erario en corregir los resultados de estas manifestaciones, pero es más lamentable que tengamos violencia e impunidad, en lugar de motivar la reflexión y al cambio social para mejor”, subrayaron.
La colectiva nació tras las protestas del 16 de agosto de 2019 en la Ciudad de México, por iniciativa de dos compañeras restauradoras. Actualmente la conforman alrededor de 650, aunque el grupo más activo lo constituyen alrededor de 30 profesionales.
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Por su parte, la organización Contingenta Siempreviva indicó que los espacios están en un cambio constante y sus transformaciones son una muestra de las diversas maneras de transitar en la sociedad; esto se extiende hasta las manifestaciones plasmadas en monumentos y espacios urbanos; sus voceras exigieron no criminalizar a las mujeres por protestar.
“En la Contingenta queremos hacer un llamado para leer con atención la consignas y reclamos realizados en estos monumentos por nuestras hermanas de Yucatán. Estas intervenciones deben ser registradas, documentadas y conservadas con una mirada feminista y enfoque de género, como parte de nuestra memoria feminista; porque son un recordatorio de la falta de justicia a todas las que nos hacen falta. Exigimos que no se criminalice a las mujeres por expresar la digna rabia”, subrayaron.
Edición: Laura Espejo
