La sororidad es una forma de resistencia y una estrategia de supervivencia: Históricamente nos construyeron como rivales, pero esa construcción no es lo mejor para nuestro ser, para convivir con otras y por lo tanto le apostamos a ser aliadas para construir un mundo más humano y justo para todas las mujeres, reflexionó María Candelaria May Novelo.
“Abrazar la sororidad debe ser una práctica ética y política, que nos representa efectos liberadores, nos sana y fortalece en colectivo y con nosotras mismas”; expuso la especialista en Derechos Humanos.
Como parte del primer foro virtual “Mujeres en su diversidad frente al aislamiento”, la escritora impartió la conferencia Sororidad , mujeres en la comunidad maya ante la contingencia, este 03 de septiembre. Evento organizado por el Instituto de la Mujer.
¿Qué es la sororidad?
La experta detalló que, de acuerdo con la Real Academia Española (RAE), es una amistad o afecto entre mujeres; relación de solidaridad entre las mujeres, especialmente en la lucha por su empoderamiento y respeto de sus derechos humanos.
Si bien, el concepto de sororidad no está dentro la cosmovisión maya, Candelaria May indicó que muchas de sus acciones construyen redes, que configuran la sororidad, como es el cuidado de las personas cuando están enfermas, familiares o conocidos en las comunidades o a los hijos o hijas. “Son formas de construir una red alianzas entre mujeres en la comunidades mayas”, precisó-
Otro ejemplo de suma de voluntades, agregó la maestra, se da en las fiestas patronales y ceremonias mayas, donde cocinar, tortean, lavan los trastes, “están ahí, las mujeres activas, entusiastas y colaborando, llevando la masa para torrear, comida para el vecino”.
Una forma de como se construye sororidad en estos tiempo de pandemia, indicó la ponente, es en la educación en línea, donde muchas familias no tienen trabajo ni recursos, solo un pocas mujeres de la comunidad tienen acceso a un celular, quienes apoyan poniendo crédito y recibiendo las tareas de los hijos de otras personas, sus sobrinos, primos, y otras mujeres apoyando cuidando a los niños de otras personas que tiene que salir a trabajar en otras partes.
Aunado a esto, muchas mujeres comparten comida con quien más lo necesita, sobre todo durante esta emergencia sanitaria, aunque tengan muy poco-
No hay miedo
Por otro lado la escritora maya indicó que actualmente las mujeres han ropa el roto el miedo y el silencio, pues solicitan ayuda para ellas o para alguien que está siendo objeto de violencia.
“Las mujeres se van acompañando a pesar de que esto significa dejar a la familia, para ir a la ciudad más cercana y apoyar en estos procesos de denuncia, pero principalmente hacerle saber a la otra de que no está sola”, indicó.
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La sororidad empieza ejerciendo con las mujeres que se tenga más cercana, y la lucha debe ser congruente, subrayó la académica, es decir salir a la calle a gritar ni una menos, pero maltratar a la mujer que hace la limpieza o trabaja en un centro comercial. “Adoptar a la sororidad como una convicción de vida, nos debe llevar a brindar un trato adecuado a las mujeres en general y tener comprensión con aquellas que probablemente tengan un gesto descortés”, expuso.
Sin embargo, añadió, hay límites, ser sorora ni significa aguantar situaciones de violencia, que atentan con nuestros derechos y nuestra dignidad.
En conclusión dijo que las mujeres deben ir deconstruyendo esas formas de interacción, de rivalidad entre mujeres, para poder construirnos en otra dinámica de vinculación, en una en la que nos reconozcamos como somos y como vamos a irnos construyendo a partir de nuestras defenecías. “Que nuestras defenecías nos unan y nos hagan ir formando un equipo”, manifestó.
Edición: Enrique Álvarez
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