Paul Antoine Matos
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Mérida, México
17 de octubre, 2015

La rueda astronómica maya logró giró por cuarta ocasión en el calendario para posicionarse en la fecha marcada: la inauguración del Festival Internacional de la Cultura Maya (FICMaya) 2015, cuyo tema será “la ciencia en la arquitectura, el tiempo y el paisaje del Mayab”. Desde las 18:00 horas, las personalidades que acaparan las portadas de los periódicos asistieron al Teatro Peón Contreras para la ceremonia inicial.

Más bien pareció una ceremonia de iniciación a la ancestral cultura, cuando un grupo de H’men aparecieron en el recinto y bañaron con su incienso y agua a los presentes. Ninguno de los funcionarios públicos se salvó de la “limpia”. Rolando Zapata Bello, gobernador de Yucatán; Jorge Esma Bazán, presidente del FICMaya; Mauricio Vila Dosal, alcalde de Mérida, Saúl Juárez Vega, representante del presidente Enrique Peña Nieto y miembro del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), militares, invitados de Cuba y Quintana Roo; todos ellos fueron parte del ritual ofrecido por los sacerdotes mayas, incluso el arzobispo emérito de Yucatán, Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, recibió un “segundo bautizo”, aunque en esta ocasión por parte de los mayas.

Una vez que las malas vibras fueron sacadas de las personas que eligen el rumbo del estado –esperemos haya ayudado- Esma Bazán subió al estrado. En su discurso agradeció a una larga lista de personajes, incluyendo al alcalde meridano por haber permitido que la “capital cultural del sureste” sea parte del FICMaya. Pero lo más destacado fue que expresó, nuevamente, que “un proyecto de nación es un proyecto de cultura”.

Tras la intervención de Jorge Esma, Miguel Barnet Lanza, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, recordó diversos pasajes históricos sobre la unión entre la isla y Yucatán. Desde el siglo XVI, dijo, ambos lugares han tenido un estrecho vínculos. Habló sobre las comunidades mayas que se asentaron en Cuba, huyendo de la guerra de castas, los yucatecos que pelearon por la Independencia del país caribeño y el asilo que se les dio en la entidad.

Cuba y Estados Unidos han restaurado la diplomacia. Pero hace 50 años, en el contexto de la Guerra Fría y la Revolución Cubana, México se encontró en la disyuntiva de seguir las indicaciones de su principal aliado político o mantener las relaciones con el país dirigido por Fidel Castro. Optó por lo segundo.
“México nunca rompió relaciones con Cuba”, expresó el escritor antillano, lo cual fue sucedido por un sonoro aplauso en el Peón Contreras.

Llegó el turno de Rolando Zapata Bello. Afirmó que el FICMaya es un compromiso a tender puentes con el Caribe, además de que la ciencia debe ser de un contenido social, innovadora y con la meta de conquistar el futuro.

El Gobernador resaltó que el festival es un espacio de encuentro y diálogo entre las culturas, donde la maya debe ser profundizada en cuanto a sus contribuciones del pasado y enlazarla con el futuro. “Los yucatecos reconocemos una cultura originaria y una cultura viva”, declaró.

El representante de Conaculta destacó al FICMaya como uno de los tres festivales culturales más importantes del país, junto al Cervantino; por cierto, este último participa en la actual edición del FICMaya.

La cultura maya comparte modos de mirar a otros horizontes y siempre han buscado en la ciencia y el arte la verdad, indicó.

Mientras el Gobernador y Suárez Vega daban sus respectivos discursos, Esma Bazán tomó la batuta y se convirtió en el líder de la orquesta de aplausos. En cada comentario que Esma consideraba como importante, sus manos se juntaban para producir los sonoros [i]claps[/i], los cuales eran seguidos por los demás.

[b]Ayotzinapa, recordado[/b]

Una vez terminado el tedioso acto protocolario, los funcionarios, empresarios, diplomáticos y demás personajes públicos salieron a la calle 60, donde les esperaba el desfile.

Finalmente comenzó la cultura.

La lluvia que amenazaba con caer en la tarde ya se había dispersado. En el cielo meridano ni un rastro de las grises nubes que horas antes ocultaban el firmamento; sin embargo, si hacía el característico fresco del ocaso otoñal.

Un viaje cultural por la historia y la región se dio en la principal calle de la capital yucateca. Guerreros mayas recreando sus gritos de guerra; la jarana de la entidad, incluyendo La Danza de las Cintas, se hizo presente; los mambos cubanos y la charrería mexicana. Todo para culminar en la Plaza Grande con el concierto de Pablo Milanés.

El artista cubano deleitó al público del Mayab con sus canciones. Una mezcla entre su último disco, renacimiento, y sus grandes éxitos como “Yolanda”. La gente lo vitoreó y él respondió con amabilidad.

Milanés recordó la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Superior de Ayotzinapa, ocurrida hace más de un año. El cubano manifestó su solidaridad con la familia de los normalistas y recordó las palabras del pensador José Martí sobre la educación, afirmando que fue mutilada en Ayotzinapa. La gente le aplaudió, excepto quienes se encontraban en la zona de funcionarios.

El cubano terminó su concierto y bajó del escenario, mientras la gente solicitaba “otra, otra”. Pablo Milanés regresó.


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