Foto: Daniel Pineda Vera

Tringa Semipalmata /
PLAYERO ALIBLANCA
Tamaños: Entre 35 y 41 centímetros
Alimentación: Insectos acuáticos y cangrejos
Depredadores: Seres humanos
Hábitat: Pantanos y zonas costeras


Es una especie de buen porte y fuerte, el mayor de las especies de su género. Cuando se le observa parado en las playas se le confunde con su pariente más cercano Tringa Flavipes, un ave playera simple, aunque al emprender el vuelo con su particular canto es identificado como el playero aliblanco, nombre científico: Tringa Semipalmata.

La Tringa Flavipes es un ave de mucho menor porte con una apariencia muy distinta a pesar de que ambas especies comparten el diseño de su plumaje fino, claro y denso durante su reproducción.




Un playero aliblanco revela su identidad en cuanto abre las alas y emite su característico canto al levantar vuelo.

En América del Norte habitan dos poblaciones inconfundibles: una que nidifica en pantanos de praderas, y otra que nidifica en marismas a lo largo de las costas del Atlántico y del golfo de México, siendo uno de sus hábitat el Área de Protección de Flora y Fauna Laguna de Términos.

En las zonas favorables de los estados del Atlántico medio, el playero aliblanco es abundante y nidifica en colonias, y sus gritos resuenan a lo largo de toda la costa en las mañanas de primavera.


Características 

Jacqueline May Díaz, vocera de Desarrollo y Medio Ambiente, A.C., explica que esta especie playera en el vuelo se parece a una aguja con coberteras primarias negras que contrastan con una amplia banda blanca, secundarias blancas con rabadilla blanca y banda gris en la cola.

“Las coberteras inferiores de las alas negras pueden ser llamativas en vuelo. Esta especie se identifica en tierra por sus patas grises y su pico corto, pesado pero recto”.

Expuso que el plumaje es gris por encima con rabadilla blanca y blanco por debajo con una zona blanca distintiva por encima de las loras y un estrecho anillo ocular blanquecino que le da al ave una apariencia de anteojos.

“Las partes inferiores son blancas. En el plumaje nupcial, el ave muestra barras marrones en las partes superiores. Las aves que no están en época de cría son más sencillas. Tiene una longitud de 330 a 410 milímetros con una envergadura de hasta 444 milímetros.


Reproducción

Por su parte, la bióloga Estela Díaz Montes de Oca señala que esta especie en el Este nidifica en zonas de marismas extensas a lo largo de la costa; los ejemplares del Oeste nidifica tierra adentro, alrededor de pantanos de agua dulce en campos abiertos, sobre todo en pastizales autóctonos.

Indicó que durante la migración y en invierno se presentan en marismas, estuarios formados por la marea y playas arenosas.

“Suele nidificar en colonias, en especial a lo largo de la costa atlántica. Durante la temporada de reproducción, los machos que no tienen pareja hacen vuelos de exhibición sobre la zona del nido, en las que baten las alas de forma poco pronunciada y emiten su sonido característico.




Sus nidos o el lugar de nidificación se encuentran en el suelo, por lo general entre hierba densa y corta, a veces en suelos abiertos. Suele estar bien escondido, aunque a veces se puede ver con facilidad. El nido es una depresión poco profunda con hierba doblada para formar la base y está recubierto con hierbas más finas.

Explicó que estas aves ponen cuatro huevos, muy raras veces cinco. Los huevos son de color grisáceo a oliva, con manchas marrones.

“Ambos padres realizan la incubación; el macho incuba por la noche y a veces durante el mediodía, y la hembra lo releva el resto del día. El período de incubación es de 22 a 29 días”.

“Las crías abandonan el nido al día siguiente a la eclosión, y los padres las conducen hacia zonas con estanques pantanosos. Las crías buscan su propio alimento”, sostuvo el ambientalista, Gustavo Jiménez.

Dijo que las hembras se retiran luego de 2 o 3 semanas y deja al macho al cuidado de las crías. No se sabe con certeza a qué edad comienzan a volar las crías, aunque es probable que lo hagan a las 4 semanas de vida.

Alimentación

De acuerdo con el presidente de Guardianes de la Naturaleza, A.C., Gabriel Martínez, estos ejemplares buscan alimento al caminar por la orilla en pantanos o en aguas poco profundas y sumergir el pico en el lodo o en el agua para explorar o recoger elementos de la superficie.

“Su dieta incluye insectos, crustáceos y gusanos marinos. La dieta varía según la ubicación. En aguas interiores, puede alimentarse principalmente de insectos acuáticos. En la costa come muchos cangrejos, entre los que se incluyen los cangrejos violinistas. También se alimenta de otros crustáceos, de pequeños moluscos y a veces, de pequeños peces; come algo de material vegetal, lo que incluye hierbas, brotes frescos y semillas.

Amenazas

El playero aliblanca tiene como amenaza la pérdida de hábitat, que ha hecho que la población se reduzca en determinadas zonas.

Como cada viernes, La Jornada Maya te invita a conocer la fauna endémica del sureste mexicano. Aquí te compartimos la colección que tenemos hasta el momento. ¡Disfrútala!

Edición: Ana Ordaz


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