Gina Fierro
Foto: Reuters
La Jornada Maya
México
Lunes 13 de abril, 2020
En medio de la crisis sanitaria por el brote de COVID-19 a nivel mundial, las cifras de entierros en Hart Island, también conocida como “La isla de los muertos”, va en aumento. Se trata de un punto en el mapa catalogado como la mayor fosa común en Estados Unidos, donde se estima que han sido enterrados más de un millón de cadáveres no identificados a lo largo de 150 años, siendo sus más recientes huéspedes las víctimas mortales del nuevo coronavirus.
Desde el siglo XIX, Nueva York ha utilizado Hart Island para enterrar a los neoyorquinos sin familiares o cuya familia no puede organizar un funeral, así como niños que nacieron sin vida y enfermos con padecimientos como VIH.
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Ante la pandemia por COVID-19, “La isla de los muertos” recibe alrededor de dos docenas de cuerpos al día, cuando el promedio se calculaba en 25 cuerpos enterrados por semana, datos confirmados por el portavoz del Departamento de Corrección, que supervisa los entierros, Jason Kersten.
La cifra va en aumento a medida que el nuevo coronavirus se propaga en la ciudad, convirtiendo a Nueva York en el epicentro de la pandemia mundial. La tasa diaria de mortalidad en la ciudad por coronavirus alcanza registros sombríos con 671 muertes en las últimas 24 horas y un total que rebasa los 10 mil fallecimientos desde el inicio de la pandemia.
La isla, ubicada frente a la costa este del distrito de Bronx de Nueva York y cuyo acceso solo es por barco, se ha convertido en el destino de víctimas de COVID-19 no identificadas.
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Los cuerpos son envueltos en bolsas para cadáveres y son depositados en ataúdes de pino que llevan el nombre del difunto en letras grandes, las cajas se ubican en trincheras largas y estrechas, excavadas por máquinas.
Habitualmente, los entierros son realizados por presos que laboran en la isla, sin embargo, por razones de distanciamiento han dejado de asistir a los entierros. Dichas labores quedaron a cargo de trabajadores contratados por funcionarios neoyorquinos.
La Oficina del Médico Forense (OCME) puede almacenar entre 800 y 900 cuerpos en sus edificios, y tiene espacio para almacenar alrededor de 4 mil cuerpos en unos 40 camiones refrigerados que puede enviar por la ciudad a hospitales, que generalmente tienen pequeñas morgues.
[b]Entierros masivos[/b]
Después de que en diferentes medios se difundieran imágenes aéreas sobre decenas de personas en vestimenta blanca depositando los ataúdes en la fosa compartida, el alcalde de Nueva York Bill de Blasio desmintió que se realizaran entierros masivos por COVID-19, todo ello después de que el gobierno local activara las fosas comunes para las víctimas fatales del virus.
A través de su cuenta de Twitter, Blasio detalló que a excepción de los cuerpos no reclamados de muerte por COVID-19, “no habrá entierros masivos en Hart Island. Todo será individual y cada cuerpo será tratado con dignidad”.
En otra publicación, expresó: “El número desgarrador de muertes que estamos viendo significa que lamentablemente estamos perdiendo a más personas sin familiares o amigos para enterrarlas en privado. [img]mis8682qtsto[/img]
Esas son las personas que serán enterradas en Hart Island, con todo el respeto y la dignidad que la ciudad de Nueva York puede proporcionar”.
Sin embargo, el portavoz de la OCME de Nueva York, Aja Worthy-Davis, detalló que era probable que algunos de los entierros recientes incluyan a los derribados por el coronavirus, y agregó que tomaría tiempo recopilar las causas individuales de muerte de los registros de la oficina.
[b]Más sobre Hart Island[/b]
La isla data del año 1654 y sus usos han sido diversos, desde que un médico inglés la compró a los indígenas en dicho año, de acuerdo con un reporte de la agencia Efe.
Durante la Guerra Civil estadounidense, el lugar sirvió de cárcel; mientras que durante la Segunda Guerra Mundial se usó como campo de entrenamiento.
En 1868, fue comprada por la ciudad de Nueva York, desde entonces, es sede de una institución psiquiátrica y otras instituciones médicas, así como un centro para jóvenes delincuentes y una prisión, antes de servir como fosa común.
Con información de [i]Reuters[/i]
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