Graciela Ortiz
Foto: Ap
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Viernes 3 de abril, 2020

El COVID-19 ha venido a cambiar los hábitos, costumbres, trabajo y relaciones, en fin el mundo, y para los periodistas que deben cubrir esta pandemia no ha resultado fácil.

Muchos están recluidos en sus casas, buscando las notas a través de entrevistas telefónicas; investigaciones; apoyo de los titulares de comunicación social de las dependencias y red de apoyo de sus colegas, pese a lo difícil y desafiante que a veces pueda resultar la tarea, se consideran afortunados, aquellos que siguen recibiendo su paga y no deben enfrentar los riesgos del contagio.

Otros, los fotoperiodistas, algunos reporteros y, especialmente, los que trabajan por su cuenta, los conocidos como freelance, se hallan en esta crisis sanitaria sobre la línea de seguridad ya que deben buscar sus notas fuera de de sus hogares, y no importa en qué país trabajen, las condiciones son similares para todos y todas porque esta pandemia no ha respetado fronteras.

“Las condiciones con las que trabajamos en México son como si lo hiciéramos en una zona de guerra”, dice Andalusía Knoll, periodista freelance multimedia, coordinadora de Frontline Freelance México y organizadora de la teleconferencia Enfrentar el COVID-19 siendo periodista freelance, título que no margina de ninguna manera al gremio de prensa que trabaja o no por su cuenta.

“Hicimos una encuesta con más de 100 periodistas que se inscribieron en la teleconferencia, de los cuales 54 por ciento perdieron su trabajo desde que fue declarada la pandemia; sólo nueve por ciento recibieron un tipo de pago, en tanto el 77 por ciento ni siquiera recibió ningún comunicado del medio (se refiere a los freelance); 37 personas recibieron algún tipo de remuneración; 74 periodistas continúan enviando historias relacionadas con COVID y 52 expresaron que ya no pueden enviar ningún artículo que no esté relacionado con el COVID”, aseguró Knoll.

Añadió que sólo el ocho por ciento recibió algo de equipo de protección para salir a la calle, y a unos pocos se les brindó recomendaciones de cómo cuidarse. Únicamente el uno por ciento recibió un pago extra reconociendo su labor no sólo por los riesgos, sino por el aumento de la carga laboral.

Hace nueve años que la española Isabel Permuy trabaja como fotógrafa freelance, en Madrid, “yo trabajo para un medio como freelance desde hace nueve años, y me las he visto muy mal desde que inició el COVID-19. Solía hacer entre tres o cuatro coberturas por día, luego de varios días cubriendo sólo coronavirus, se decretó la alerta y le solicité a mi jefe que me diera cierta cobertura económica por si me enfermaba, a lo cual se negó”.

Permuy no continuó trabajando con el medio e intentó que sus compañeros se unieran, cosa que no consiguió, por lo que ahora labora por su cuenta documentando la pandemia, pero sin ingresos, mientras intenta convenios.

Por su parte, Michele Lapini, fotoperiodista en Bologna, Italia, señaló que es importante comenzar a presionar para ejercer la labor, en condiciones básicas, en países que todavía no han alcanzado la gravedad de Italia.

“Muchos fotoperiodistas y reporteros ni siquiera tienen una carta de su diario, donde se avala que laboran para ellos, lo cual los pone en una situación de riesgo”, comentó el colega italiano.

“Tenemos 16 años atendiendo periodistas de México, Estados Unidos, Europa y Sudamérica por estrés agudo y estrés pos traumático, violencia y consecuencias de guerra y secuestro”, expresó Juan Carlos Segarra, director ejecutivo de Vinland Solutions, organización privada de apoyo y capacitación psicológicos.

Segarra le aconsejó a los periodistas tener una rutina para conservar la salud mental, levantarse a la misma hora, por lo menos de lunes a viernes, incluyendo buena alimentación e hidratación, “por lo general cuando estamos encerrados no lo hacemos, y eso provoca el no pensar adecuadamente”.

Indicó que para aquellos que no puedan salir es importante acercarse a trabajar a una ventana a donde entre el sol, al tiempo que también recomendó hacer ejercicio durante 15 o 20 minutos al día, “si se tiene alguna lesión realizar estiramientos y respiraciones en tres tiempos para bajar los químicos que detonan el estrés”.

Por último, manifestó que en la noche es importante darse 20 o 30 minutos para hacer algo que se disfrute, ver una serie, escuchar música, leer, construir algo, jugar con los hijos, etc., como una forma de terapia para alejar las preocupaciones del ritmo de trabajo.

Frontline Freelance México es una organización sin fines de lucro creada en 2019 con el objetivo de agrupar periodistas y fotoperiodistas freelance de México para organizarse y defender sus derechos laborales.


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