Afp
Foto: Xinhua
La Jornada Maya
Beirut, Libano
Lunes 16 de marzo, 2020
La guerra en Siria entró el domingo a su décimo año, con el régimen del presidente Bashar al Asad consolidando su control sobre un país asolado por la guerra, con una economía diezmada y bajo la intervención de potencias extranjeras con intereses divergentes.
Al menos 384 mil personas, incluidos más de 116 mil civiles, murieron en la guerra que comenzó en marzo de 2011 con la sangrienta represión de las protestas en favor de la democracia, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
En vísperas del noveno aniversario de la guerra, el emisario de la ONU para Siria, Geir Pedersen, lamentó la duración de una contienda "horrible", "prueba de un fracaso colectivo de la diplomacia".
Gracias al apoyo de Rusia e Irán y a bombardeos devastadores, el régimen reconquistó a partir de 2015 las regiones de las que se habían apoderado los insurgentes y ahora controla más del 70 por ciento del país.
El principal frente de guerra hoy, en la región de Idlib, el último gran bastión yihadista y rebelde en el noroeste, es escenario desde comienzos de marzo de una tregua precaria, tras meses de ofensiva del régimen.
En virtud del alto al fuego, desde el domingo se hicieron efectivas patrullas conjuntas de Rusia y Turquía, que apoya a los grupos rebeldes, en una zona de la estratégica autopista M4 en Idlib, según agencias de prensa rusas.
La policía militar rusa y vehículos blindados participaron en este operativo, que salió del pueblo de Tronba, según las mismas fuentes.
Antes del inicio de estas patrullas, un corresponsal de la [i]Afp[/i] vio una excavadora del ejército turco derribar varias barricadas en la autopista, al sur de la localidad de Al Nayrab, instaladas para bloquear la circulación.
Unas 200 personas se habían congregado en la carretera, donde había neumáticos en llamas y ramas de árboles.
Dependemos en demasía de la electricidad; ¿qué pasa con esos rincones del mundo que viven en penumbra?
Rafael Robles de Benito
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