Juan Pablo Duch
Foto: Ap
La Jornada Maya
Moscú, Rusia
Jueves 12 de marzo, 2020
Los diputados de la Duma aprobaron, en tercera y definitiva instancia, las enmiendas a la Constitución de Rusia, documento que este mismo miércoles recibió –en apresurada sesión de simple trámite– el visto bueno de la Cámara Alta, la cual ni siquiera debatió el texto.
Ahora, la reforma constitucional, en otra etapa que parece de pura formalidad excluida la oposición de los Parlamentos de las Entidades Federales, deberá obtener el voto favorable de dos tercios de los mismos.
Una vez cumplidos los requisitos, el presidente Vladimir Putin concede una semana a la Corte Constitucional para que dictamine si procede o no que él pueda volver a presentarse como candidato presidencial en 2024, si para entonces así lo quiere. Si el dictamen –de 11 de los 15 jueces nombrados por él– es favorable, Putin promulgará la ley.
Ya con ésta firmada, el 22 de abril se convoca a los ciudadanos a acudir a las urnas para aprobar o rechazar, en paquete, todas las enmiendas, pero sin los severos requisitos de un referendo, sino de una “votación popular” que no figura como vinculante en la Constitución, ni en la anterior ni en la reformada.
Para que la Constitución entre en vigor la mitad de quienes vayan a votar –en lugar de la mayoría absoluta del padrón como en un referendo–, tienen que estar de acuerdo con los cambios ya aprobados por el Legislativo y las Entidades Federales. En caso contrario, nadie sabe cómo podría arreglar el Kremlin el revés de no lograr la legitimidad que pretende con la “votación popular”.
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