Después de cumplir sus primeros 100 días en el cargo, el presidente Joe Biden usará el miércoles por la noche su primer discurso ante el pleno del Congreso estadunidense para promover una inversión de 1.8 billones de dólares en niños, familias y educación, con el objetivo de transformar fundamentalmente el papel que el gobierno tiene en la vida del país.
Biden presentará sus argumentos ante una congregación reducida de legisladores con mascarillas debido a las restricciones por el coronavirus y con el Capitolio aún rodeado por una cerca negra luego del asalto en el que miembros de una turba que rechazaba su elección irrumpieron por la puerta de la sala de la cámara baja en la que hablará él.
En un discurso televisado, Biden presentará una extensa propuesta para educación preescolar universal, dos años gratis de universidad comunitaria, 225 millones de dólares para cuidado infantil y pagos mensuales de al menos 250 dólares para los padres de familia. Sus ideas reflejan las fragilidades expuestas el año pasado por la pandemia y el presidente presentará el argumento de que el crecimiento económico se verá fortalecido con impuestos a los ricos para ayudar a la clase media y los pobres.
Su discurso proveerá además una actualización de los avances en el combate contra la pandemia de Covid-19, mostrando centenares de millones de vacunaciones y cheques de ayuda emitidos para contrarrestar la devastación causada por un virus que ha matado a más de 573 mil personas en Estados Unidos. Biden promoverá su plan de 2.3 billones de dólares para modernizar la infraestructura, una suma colosal que sería financiada solamente por impuestos más elevados a las corporaciones.
Aprovechando una oportunidad nacida de una calamidad generacional, Biden ha optado por acciones trascendentales en lugar de avances graduales, con el objetivo de hacer la economía más justa y fuerte, pero se verá forzado a caminar la cuerda floja entre republicanos que se quejan de extralimitación del gobierno y algunos demócratas que temen que él no va a hacer lo suficiente.
La estrategia del presidente demócrata es esquivar la polarización y apelar directamente a los votantes. Su discurso ante la nación resaltará un trío de promesas centrales de su campaña: responder a la pandemia, reducir las tensiones en Washington y restaurar la fe en el gobierno como herramienta efectiva para el bien.
“Él es un demócrata partidario de un gobierno grande y no ha sido renuente a proponer iniciativas grandes en respuesta a una crisis nacional”, dijo Julian Zelizer, historiador presidencial en Princeton.
Ningún político estadunidense tiene mayor familiaridad con el discurso residencial al Congreso que Biden. Biden pasó tres decenios en la audiencia como senador y otros ocho años detrás de Barack Obama cuando era vicepresidente.
Por primera vez, una vicepresidenta mujer, Kamala Harris, estará sentada detrás del mandatario para el discurso del miércoles.
Biden hablará en el Congreso en medio del comienzo de una recuperación económica potencialmente fuerte, que pudiera determinar si la economía estadunidense puede marchar de nuevo a toda máquina luego de una pandemia devastadora y una crisis financiera cuyos efectos se sienten aún 12 años después.
Edición: Ana Ordaz
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